Capítulo 2

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Cassie


-¡¿Quién es?! -me pregunta asustada.

-¡Cassie! ¡Cassie, abre la puta puerta!

Sacudo la cabeza y corro hasta la puerta sorteando las cajas de cartón donde se encuentran nuestras pertenencias. Abro la puerta y lo que me encuentro no me agrada nada. Jamás me ha agradado ver a Darrell en pleno ataque de ira, pero me he acabado acostumbrando a ello.

-Hola -exhalo.

-¡¿Cómo que hola?! -exclama-. ¡¿Cómo que hola?! ¡Te estoy llamando y no me coges el teléfono! ¡¿Por qué no lo coges?! ¡¿Y por qué no me has llamado cuando tu madre se ha ido?! ¡La he visto marcharse hace más de media hora!

Miro a Katherine por encima del hombro y veo que está sentada en su cama, mirándonos con ojos de cachorrito asustado. Giro la cabeza hacia Darrell y trago saliva cuando su mirada oscura me atraviesa.

-Por favor, no grites -le pido intentando parecer segura de mí misma-. Sabes que no soporto que lo hagas. Ven, quiero presentarte a alguien.

Él frunce los labios, manteniendo la mirada fija en mí durante un largo rato, y asiente.

-Vale.

Entrelazo mis dedos con los suyos y le sonrío, rezando por dibujar una sonrisa en sus labios. Pero permanece impasible. No quiero que se presente ante Katherine con esta cara de perros. ¡La va a asustar!

-Katherine...

-Sólo Kate -me corrige.

-Ya... Perdona -me disculpo, sonriéndole para quitarle tensión al momento-. Kate, éste es Darrell Moore. Mi novio. Darrell, ésta es Kate Sullivan, mi nueva compañera de habitación.

Después de dos largos minutos de silencio, Kate se arma de valor y se levanta esbozado una sonrisa y tendiéndole la mano a Darrell.

-Encantada de conocerte, Darrell.

Él tensa la mandíbula y la mira sombrío. Kate hace una mueca y retira la mano lentamente. Vale, he de admitir que Darrell no es muy sociable, pero en el fondo es bueno. Tiene amigos y son muy buenos, porque él no confía en cualquiera.

-Para -le ordeno posando una mano en su hombro.

No dice nada, simplemente se da la vuelta y comienza a meter mis cosas en las cajas. Pero ¿qué hace? Acabo de llegar, ¿ya quiere que me vaya para que ningún chico pueda verme?

-¿Qué haces? -digo sacando las cosas que ha metido-. ¿Se puede saber qué diablos te pasa ahora?

-Vas a dormir en mi habitación, no tengo compañero.

Pues normal.

-No, voy a quedarme aquí -digo y trago saliva bajo su iracunda mirada-. No pasará nada.

-Dormirás conmigo y no hay más que hablar, Cassie.

Miro a Kate que ha fruncido el ceño y se ha puesto a recoger sus cosas.

Darrell termina de recoger mis cosas mientras observo cómo ignora mis constantes súplicas porque las deje donde están. Sinceramente, esto ha llegado a ser tan rutinario en mi vida, que apenas me molesta ya. Gracias a Dios mi madre nunca ha sospechado los celos que siente Darrell hacia todo ser que se me acerca. Nunca se me ha dado bien elegir novio, eso ya lo tiene muy claro y él actúa demasiado bien. Mi primer novio era un porrero, que se pasaba el día colocado, mi segundo novio era tan agresivo que le clavó una navaja al que ya era mi ex y luego vino Darrell.

Él sale de la habitación, y le pido mil disculpas a Kate por el comportamiento de Darrell. Salgo corriendo detrás de él, llamándolo, pero no para ni me contestas. Esquivo a un par de chicas que van a entrar a su habitación y me tropiezo con mis propios pies. Una punzada de dolor me recorre el brazo cuando mi codo golpea el suelo. Cierro los ojos y me presiono la zona dolorida, esperanzada en poder hacer desaparecer el maldito dolor. Escucho cómo algo cae al suelo y una brisa con olor fresco me acaricia la cara. Cuando abro los ojos, Darrell está acuclillado frente a mí. Ha dejado caer mis cosas en medio del pasillo.

-Princesa, ¿estás bien? -me pregunta ayudándome a levantarme.

Asiento mientras me restriego el codo dolorido y observo cómo vuelve a coger mis cosas. Espero que no se haya roto nada. Si hiciera una lista de pros y contras sobre Darrell -que la hago todos los días-, uno de sus defectos sería su incapacidad para controlar su fuerza. Me da miedo que un día encuentre los papelitos en los que apunto por qué no debería estar con él y por qué sí. La gente no comprende que siga con él y hago una y otra vez esas listas para intentar comprenderles. Sé que es complicado, pero le quiero tanto que no sé qué haría sin él. Me horroriza pensar lo que le ocurriría si le dejase, se volvería loco y nadie podría pararlo. Apenas puedo pararlo yo ahora.

Camino a su lado mientras intento persuadirle. Se me dan mucho mejor las palabras que a él, pero no es tonto. Conoce todos mis trucos de convicción. Necesito nuevas técnicas si quiero seguir mandando sobre mi vida lo poco que mando ahora. Cuando le miro no veo al chico frío, bruto y antisocial que ve la gente. Veo a un chico tierno que se esconde bajo una máscara que no puede quitarse, porque nadie le ayuda. Y aquí estoy yo para hacerlo. Tal vez no tengamos muchas cosas en común, tal vez ignore todo lo que a mí me apasiona, tal vez para el no haya existido nunca Hemingway; ni Shakespeare; ni Dickens, pero los polos opuestos se atraen, ¿no? Ojalá dejaran de intentar comprender lo nuestro para empezar a intentar comprenderme a mí.

Darrell agarra con una mano mis cajas, manteniéndolas en equilibrio, y me rodea la cintura con su brazo libre para darme un ligero beso en la coronilla.

-Te quiero, princesa.

Si la gente supiera la cantidad de veces que me dice eso al día dejaría de verlo como un chico frío y sombrío.

Pero tiene tan pegada la máscara, que a veces se me olvida que la lleva puesta.




Hola!! Espero que me estén leyendo y os esté gustando. Es probable que publique con más frecuencia en esta historia que en ¿Se Puede Perdonar Todo? pero no me olvidaré de publicar en ninguna de las dos. Depende todo de mis exámenes.

Votad y comentad ;P

Besos y ciao <333

Alicia Lowell

DARRELL © [D #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora