Capítulo 23

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Cassie

James se disculpa por vigésimo cuarta vez, pero hago oídos sordos a ello. Estoy muy cabreada con él y con toda esta situación. Sé que ha tenido una vida muy dura, durísima, pero eso no le da derecho a tratarme como le venga en gana. Él tiene parte de culpa de que mi peligroso novio ande por ahí borracho, drogado y fuera de control. Definitivamente, odio la universidad.

-No estoy muy seguro de ir tras los pasos de un chico que tiene problemas de agresividad y que va por ahí creyendo que le persiguen dragones -farfulla Mike-. ¿Vosotros lo estáis?

-¿Podrías callarte de una vez? -Le espeta James-. Ni que fuera a matarte, idiota.

-No soy yo el que permite que sus amigos se droguen.

Les miro a ambos por encima del hombro, advirtiéndoles de que si no se callan yo misma los haré callar. Estoy harta de la inmadurez de James y también de las quejas de Mike. ¡Cómo si no tuviera suficiente con tener que buscar a Darrell! Sólo espero que no lleve la navaja. ¿La llevará?

-Oye, James -digo colocándome a su lado-. ¿Sabes si Darrell llevaba la navaja?

Miro a James, y éste traga saliva con dificultad.

-Pues... Sí.

-¿Sí qué? -pregunto.

Me mira, pero agacha la cabeza.

-Lleva la navaja encima. -Me mira-. Pero creo que no lleva la pistola. O eso espero.

Abro los ojos como platos y me paro en seco.

-¡¿Desde cuándo tiene una pistola?! -exclamo.

Sé la cantidad de armas blancas que guarda por todos lados, pero ¡¿armas de fuego?! ¡¿Cómo pueden permitir que alguien como Darrell lleve una pistola encima?! ¡¿Cómo?! Para tener armas se necesita un permiso y creo que alguien debe estar a cargo de evaluar a la persona que lo solicita. Aunque él nunca ha sido de pedir permiso.

El móvil de James comienza a sonar y descuelga.

-¿Sí? -Pregunta-. ¿Darrell? ¿Qué...? No, pero déjame... ¿Dónde estáis?... Ah, bien. ¿Y qué...? ¡¿Cómo?!... ¡Quedaros quietos!

-¿Pasa algo? -pregunto cuando cuelga.

-Dios, Dios, Dios... -dice caminando en dirección contraria a la que vamos-. ¡Tenemos que ir a Westwood Hall antes de que ocurra una desgracia!

Mike y yo empezamos a correr tras James mientras éste nos cuenta lo sucedido. ¡Si ya sabía yo que algo malo iba a pasar!

-¡Darrell está en vuestra habitación y está utilizando a Ted como diana! -exclama mientras corremos.

-¿Qué quieres decir? -pregunta Mike.

-Han ido al comedor a por una manzana y ahora Ted la tiene en la cabeza y está esperando a que Darrell la atraviese con una bala -nos explica James-. Aun van colocados hasta las cejas.

Corremos desesperados en dirección a la residencia, pero nuestros cuerpos ceden ante el cansancio y nos vemos obligados a coger el bus y rezar porque Darrell no sea capaz de apretar el gatillo. ¿Qué clase de seguridad tiene el campus, que permiten que dos chicos en tal estado sean capaces de escapar?

Mientras vamos en el bus James no para de farfullar una y otra vez mientras va peleándose con Mike y la gente nos mira como si estuviéramos locos, porque me hacen dar gritos cada dos por tres. Me están comenzando a sacar de quicio.

DARRELL © [D #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora