Capítulo 57

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Darrell

-¡Darrell, me has puesto perdida! -exclama cuando al fin termino de eyacular.

Miro su pierna y sonrió, respirando jadeante, al ver que está llena de semen.

-Te queda genial, nena. ¿Está calentito? -río.

-No me hace gracia -resopla fingiendo indignación.

Me inclino sobre ella para darle un beso en los labios y le acaricio sus sonrojadas mejillas con los pulgares, trazando círculos imaginarios en su piel. No la miro directamente a los ojos, no puedo. Observo su nariz, sus labios, pero evito encontrarme con esos ojos que me han mirado con lástima. Ella es la última persona en este mundo que debe mirarme de esa forma.

-Te quiero -susurro besándola una vez más-. Lo sabes, ¿verdad?

Asiente, entrelazando nuestros dedos, y dice:

-Y yo a ti.

El corazón me late demasiado rápido y la ocasión lo merece. Tras haber hecho el amor, por fin volvemos a ser uno. Aunque siempre lo hemos sido.


Cuando giré la cabeza la vi, llevaba una falda celeste y una camiseta blanca. Sólo pesé que estaba preciosa y me enfadé cuando un tío que iba en bici la manchó de barro al pasar por su lado. Había llovido mucho aquella semana y los jardines estaban fangosos. Me acerqué a ella y le ofrecí un pañuelo cuando vi que ponía mala cara al ver la mancha que tenía en la falda.

-Gracias. -Sonrió aceptando mi pañuelo.

-De nada -dije y cogí aire antes de decir-: Soy Darrell.

Ella levantó la mirada mientras se limpiaba la mancha y se colocó un mechón de pelo tras la oreja.

-Cassie -dijo y me tendió la mano.

Le estreché su pequeña mano con suavidad y me rasqué la nuca cuando nos quedamos en silencio. Di un paso hacia ella.

-¿Vives por aquí? -le pregunté.

Asintió y señaló la casa frente a la que estábamos.

-Esta es mi casa, iba... iba a salir un rato y... y eso -dijo un poco nerviosa. Tras unos minutos de silencio dijo-: ¿Y tú? ¿Vives... por aquí?

-No, qué va -respondí mirándola fijamente a sus oscuros ojos en los que podía verme reflejado-. Aquí cerca celebran una fiesta y... En fin, no sé decirle que no a un par de botellas de whisky.

Frunció el ceño, pero sus labios acabaron curvándose hacia arriba.

-¿Me estás tomando el pelo? -Preguntó entre risas-. ¿Cuántos años tienes?

Me relamí los labios y miré hacia los lados antes de inclinarme hacia adelante.

-Te contaré un secreto. No se lo digas a nadie, ¿eh? -le aparté el pelo que le tapaba la oreja y le susurré al oído-: Diecinueve.

Cuando me separé de ella estaba roja como un tomate, pero arqueó las cejas, intentando parecer segura de sí misma.

-Así que diecinueve y te vas a beber whisky, ¿eh?

Me encogí de hombros.

-¿Y tú? ¿Cuántos años tienes?
-Eso no se le pregunta a una señorita.

Sonreí cuando se cruzó de brazos y volví a inclinarme cuando me indicó con el dedo que me acercara a ella.

-Te contaré un secreto. No se lo digas a nadie, ¿eh? -Me guiñó el ojo-. Tengo dieciocho.

Me remangué las mangas de la chaqueta y me crucé de brazos mirando al horizonte.

-¿Te apetece venir a la fiesta?

-No me han invitado.

-Bueno, puede que, si vas con alguien al que sí hayan invitado, te dejen entrar. -Esbocé media sonrisa.

Se lo pensó unos segundos, mordiéndose el labios.

-Vale. ¿Por casualidad tú no conocerás a nadie que...? -dejó la frase en el aire, sonriéndome divertida.

Asentí, rascándome la barba de dos días que llevaba.

-Sí, creo que sí.

Y me sonrió de aquella forma tan dulce, que me llenaba el corazón, una vez más.


-¿En qué piensas? -me susurra.

-En que eres lo mejor que me ha pasado en la vida -respondo-. Y quiero estar siempre junto a ti.

Sus ojos se iluminan y comienza a temblarle el labio.

-¿Có-cómo?

-Sé que no es el mejor momento, pero... -Apoyo mi frente en la suya-. ¿Quieres casarte conmigo?

Sus ojos abrieron como platos.

-Te conseguiré un anillo y volveré a preguntártelo. Pero necesitaba decírtelo, Cass. Aquí y ahora.

-Darrell, ¿qué...? -preguntó, pero la corté devorando sus labios.

No lo tenía pensado, ni siquiera he pensado en ello, pero de repente necesitaba decírselo. Necesitaba mostrarle hasta qué punto la quiero. La idea de casarme nunca ha estado entre mis planes de futuro, pues ninguna de las chicas con las que he estado me han hecho pensar en la idea de llevar un anillo en el dedo con el nombre de la persona a la que pertenezco. Pero Cassie... Ella siempre ha conseguido que todo se salga de lo común. Que ver una película sea el mejor de los planes, que dormir sea el mejor momento del día, que hacer el amor me produzca cortes de respiración y dolores en el pecho de lo que la quiero... Ella ha conseguido cambiarme, que no me meta en peleas, que beba menos hasta el punto de olvidar mi botella de whisky en una fiesta si estoy con ella, que no me drogue... Incluso cuando estoy con ella no necesito fumar para aliviar mi ansiedad. Ella es la que hace desaparecer mis pesadillas, a cambio de sueños en los que ella me sigue haciendo el hombre más feliz del mundo.

La quiero, joder.


Hola por finnnn!!!!!! PARA QUIERES NO PODÁIS LEER EL CAPÍTULO 56 WATTPAD LO HA CONVERTIDO EN PRIVADO POR SU CONTENIDO PROHIBIDO Y SÓLO LO PUEDEN LEER MIS SEGUIDORES (Indirecta ;P). Espero que os haya gustado. ¡¿Le dirá que sí?! Tened en cuenta que estar con Darrell a veces es más peligroso que meter la cabeza en la boca de un caimán...

Votad y comentad siempreeeeeeeee :)

Alicia Lowell

DARRELL © [D #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora