Darrell
-¿Qué tal con los Hale? -pregunto para intentar evitar el tema del que estoy seguro que quiere hablar.
-Muy bien -responde-. ¿Y tú? ¿Qué tal con los Taylor?
Mierda. ¿Por qué se molestará en preocuparse por mí? Yo soy el hermano mayor, el que se preocupa.
-Bien -miento-. Aunque estamos algo distanciados desde la muerte de Warren.
Ella asiente y suspira.
-Así que éste es el comedor -comenta dándole un bocado a la manzana-. Es bonito.
No escucho nada de lo que me dice, tan sólo puedo mirarla. Las pecas que adornan sus mejillas con nueve años siguen ahí, esos ojos verde esmeralda que te miran esperanzados siguen ahí, pero la inocencia de la que estaba llena se está desvaneciendo. Está tan mayor. Me pasé mucho tiempo sin verla, tardó demasiado en escaparse de casa. Demasiado.
-Estás muy mayor -comento callándola de inmediato-. Diecisiete ya, ¿eh?
-Darrell, no empieces -suspira poniendo los ojos en blanco-. ¿Crees que no voy a sacar el tema? Hay que sacarlo, tienes que hablar.
Mierda. No quiero hablar sobre Cassie. Sobre todo porque no sé qué mierdas le pasa.
-¿Sigues teniendo pesadillas?
Suspiro para mis adentros agradeciendo que no quiera hablar de Cassie. Pero es mucho peor que quiera hablar de este tema.
-Sí.
-Cuéntame lo que te hacía, por favor -dice soltando la manzana para cubrir mis manos con las suyas-. ¿Qué pasaba cuando entrabas en aquella habitación Darrell?
Me comienzan a temblar las manos y al parecer ella lo nota porque me las cubre ejerciendo mucha más fuerza.
-Darrell -me llamaba-. Darrell, sé que estás ahí.
Estaba escondido bajo la cama, temblando, aterrorizado. Hacía una semana ya que tenía catorce años y mi padre ya estaba oficialmente divorciado de mi madre. Podía oír sus pasos, sentir las vibraciones de sus pisadas. Me llamaba una y otra vez, me estaba dando la oportunidad de entregarme, me estaba dando la oportunidad de no sentir dolor. Sólo repulsión.
Cerré los ojos, sintiendo cómo las lágrimas me humedecían las mejillas, sintiéndome ridículo. Iba a encontrarme, como siempre, pero, al igual que siempre, tenía la esperanza de que se quedara al otro lado de la puerta. El día anterior había probado un nuevo juego, pero sabía que no volvería a utilizarlo, no aquel día. No tocaba. Electrocutarme con un par de cables pelados sólo iba a tocar los martes y jueves y era miércoles; el día de las correas. Iba a pasarme horas y horas inmovilizado en la cama a su merced.
-Darrell, si no sales, iré a buscar a Nicole -me amenazó-. Está jugando en el jardín, junto a la piscina. ¿Quieres que pruebe con ella el tiempo que puede durar consciente sin respirar bajo el agua?
Y no hizo falta más para hacerme salir de mi penoso escondrijo. Ella me esperaba sonriente en el marco de la puerta. Aparentaba ser una madre más, una mujer que no quería otra cosa que la felicidad de sus hijos, como buena madre. Pero, cuando entraba en aquella habitación, se convertía en un monstro insaciable.
-Buen chico -dijo con voz tierna cuando caminé hacia ella muy lentamente.
Posó una mano en la parte baja de mi espalda, causándome escalofríos, para guiarme hasta la habitación. Justo antes de entrar miré por encima del hombro hacia la escalera. Y allí estaba ella. Una Nicole de once años observándome asustada.
-Darrell -me llama Nicole agitando una mano delante de mis narices-. Darrell.
-¿Eh? Lo siento, estaba... pensando.
-Ah -dice.
Entre lazo los dedos de las manos y hago círculos imaginarios con los pulgares. Cosas como ésta me provocan náuseas. No puedo contarle a Nicole todo lo que me hizo. En cambio presenció todas y cada una de las palizas que me dio nuestro padre. Y también vivió alguna de ellas.
-Quería preguntarte una cosa -dice-. ¿La Cassie a la que perseguías antes era la Cassie con la que estás saliendo?
-Sí -suspiro. El día no puede ser más redondo.
-¿Y por qué la perseguías? -pregunta.
-Es una larga historia.
-Jacob no viene a por mí hasta dentro de una hora -dice y apoya el codo en la meda para apoyar la cabeza en su mano-. Tengo toda esta hora para escucharte.
¡¿Qué tal el cap.?! Darrell tiene un pasado muy malo, ¿eh? Y eso sólo es una parte. Supongo que tener un pasado como ese no te permite tener una buena salud mental. Bueno, la chica, evidentemente, era su hermana. Nicole Moore. Quería decir que Cassie no conoce a la hermana de Darrell ya que él NUNCA le ha hablado de ella. Como todo buen hermano él quería protegerla y se lo calló por miedo a que le pasara algo. Aunque eso ya lo explica más adelante.
Besos y ciao :*
Alicia Lowell
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DARRELL © [D #1]
Romance1ª Temporada de la #SerieDESCONTROL Cassie Johnson se enfrenta a su primer año de universidad. Ansía que todo empiece; las fiestas; las nuevas amistades; las clases. Pero nada va a ser cómo ella desea, el control de su vida no está en sus manos desd...