Capítulo 47

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[En multimedia Darrell, Ryan Guzman]


Cassie

Mike repite la lección de carrerilla una vez más y Anna y yo resoplamos. Me estoy desesperando, llevamos horas estudiando y no nos sabemos ni la mitad que él. ¿Cómo puede memorizar tanto en tan poco tiempo?

-Tampoco es tan difícil -dice.

-Me va a explotar la cabeza -resopla Anna.

Yo me quedo callada, mordiéndome las uñas. ¿Cómo pude decirle tal cosa? No sé nada de él desde hace una semana. ¿Estará bien?, ¿me odiará? Estaba tan cabreada que sólo busqué palabras que le hicieran daño. Le echo de menos, pero no quiero que me haga más daño.

-Deja de romperte la cabeza con eso -dice Mike-. Es un idiota.

-Está loco, lo que hizo el otro día lo dejó bien claro -comenta Anna-. No sé cómo los del hospital no le mandaron a un psiquiátrico de cabeza.

-¿Cómo que los del hospital?

Anna me mira sorprendida y boquea como un pez antes de hablar.

-¿No te lo dijo James? -pregunta.

-Me estuvo llamando, pero estaba enfadada y no quise cogerle el móvil. ¿Le ha pasado algo a Darrell?

Ella se muerde el labio.

-Creo que deberías ir a verle. Eso sí, Cassie, ten cuidado.

Vale, me estoy comenzando a asustar.

Corro por los pasillos del Westwood Hall mientras rezo porque Darrell siga bien. ¿Qué demonios le habrá pasado? Tiene que haber sido algo muy grave, porque él odia los médicos, los hospitales y cualquier cosa que tenga que ver con enfermedades. No sé por qué, debe de tenerles miedo o algún tipo de fobia. Cuando entra en uno se altera mucho, una vez tuvieron que sedarle y todo, aquel día le operaron de apendicitis y tuvo que estar sedado durante gran parte de su estancia en el hospital sedado. Me pasé noches durmiendo a su lado, porque no quería estar sólo. Cuando llego a la puerta de su habitación paro en seco y me obligo a respirar hondo. ≪Supuestamente sólo has venido para disculparte, Cassie.≫ cuando mis nudillos golpean la madera astillada de la puerta, siento unas ganas horribles de salir corriendo sin mirar atrás. Pero es demasiado tarde porque abre la puerta... en calzoncillos. Dios mío...

-Hola -dice con las cejas arqueadas, sorprendido de verme.

≪Se mira pero no se toca, Cass.≫ Subo la mirada hasta sus ojos y sonrío avergonzada. Estar acostumbrada a estar entre sus brazos cada noche no hace que me resulte fácil dormir sola.

-Hola, ¿puedo... pasar? -pregunto.

-Oh, claro.

Se aparta de la puerta y me deja paso para que entre en su habitación. ¿No va a gritarme? Después de lo que le dije, está tan tranquilo. Y me molesta mucho. ¿No le importa que ya no me importe? ¿Qué ha hecho que le de igual? ≪¿Qué ha hecho que me vuelva tan celosa?... Él.≫

-Siéntate -dice señalándome la cama mientras se deja caer en la silla que hay frente a su escrito.

-¿Te interrumpo o...?

-¡Oh, no! Tranquila, sólo estaba estudiando -dice haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia.

Vale, la sorprendida ahora soy yo. Jamás de los jamases lo he visto estudiar y estuve saliendo con él durante dos largos años en los que no separaba de mí ni con agua caliente. ≪Y literalmente, que cuando aún vivía con mi madre se duchaba conmigo a escondidas.≫

DARRELL © [D #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora