Reacciones, Types, One shots, Drabbles, etc.
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No se busca sexual...
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¿Cómo te pudiste enamorar? No te conoce, está a miles de kilómetros de distancia, y además, tendrías que cruzar un mar para poder conocerlo. La barrera del idioma hace mucho que desapareció, la distancia era lo único que te impedía poder verlo aunque sea una vez.
Por eso te esforzaste a más no poder para tener la oportunidad de ir a su lugar de origen, ya que tenías la esperanza de poder sentirlo aunque sea un poco más cerca en cada rincón de Seúl y consolarte con la idea de que tal vez estuvo ahí en algún momento.
También sentías que con solo verlo de lejos te sería suficiente. Pues aunque lo amarás, sabías que no te conocería nunca o si lo hacía, sería una muy baja probabilidad el hecho de que te correspondiera. Lo que no esperabas fue que esa baja probabilidad se haría real y todas las horas que pasaste fantaseando con él en algún momento se hicieran más que reales.
Por eso, mientras él está dormido en tu pecho y le acaricias el cabello para relajarlo más, te preguntas como fue que lo enamoraste.
En ese momento, donde respira tan apacible y su mejilla está presionada en tu seno desnudo y sientes tan claramente su piel expuesta después de demostrarse su amor de manera tan carnal y pasional, sientes que lo amas más, y tu pecho se llena de una sensación cálida y amorosa por él, que la sola palabra de "te amo" deja de ser suficiente.
-Te amo- le susurras cómo todas las veces que puedes tenerlo tan cerca de ti.
Y te remontas a la época dónde tanto él como tú, temían tu fecha de regreso, pues sabían que se distanciarían y tenían miedo de que su amor se perdiera en la infinita distancia la que los separaría.
Por eso te quedaste, buscaste un trabajo para mantenerte y poder rentar un lugar, pues para tu mala suerte, los dormitorios estaban llenos. Pero todo valía la pena porque estabas ahí, con él y él estaba ahí contigo. No solo desnudo en tu cama, sino, en tu vida, y ambos sabían que no se irían en un largo tiempo, porque se amaban y querían cuidarse.
-Yo también te amo, mi cielo- te regresó tu susurro con su voz áspera por el sueño.
-¿Te desperté?- sientes que sus brazos en tu cintura se afianzan más y sabes que no te dejará ir en un rato.
-No realmente, me estaba despertando cuándo te escuché- aún abrazado a tu torzo, se estiró- Quiero mimos ¿Tú no?- te sonrió con su dentadura blanca y metálica por el tratamiento de ortodoncia.
