Freedom Pt4

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Género: Stuff
Etiqueta: Pink; Red
Tipo: One Shot
Protagonista: Seungmin
Advertencias: Adulterio, agresión física, emocional y psicológica.
Aclaraciones: No se busca dañar la imagen de ningún idol involucrado, todo es ficticio y un personaje destinado a entretener, por lo que los lugares, sucesos, hechos, fechas y relaciones son ficticias, inventadas solamente para que la historia tenga sentido.

Pedido: AnnetteL33

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— ¡¿No hay nadie que me ayude a vestirme?! — Gritó fuera de la habitación y de inmediato, las mucamas más cercanas acudieron a su llamado

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— ¡¿No hay nadie que me ayude a vestirme?! — Gritó fuera de la habitación y de inmediato, las mucamas más cercanas acudieron a su llamado. — Tú, — Apuntó a la más joven de las dos sirvientas. — Arregla la cama, eres más joven y puedes hacer más ejercicio. 

Más rápido de lo que pensó, ya estaba lista para dormir, después de todo, la vieja mucama era más rápida de lo que parecía a pesar de su edad. 

Momentos más tarde, su esposo entró bastante contento, y por una vez en mucho tiempo volvió a ver una sonrisa en su cara, devolviéndole el recuerdo de cómo era él cuándo sonreía.

<< Sólo un poco más, sólo un poco más. >>

Seguía pensando con fuerza, quería con toda su alma que su matrimonio aguantara lo suficiente para poder concebir y traer al mundo a un hijo que fuera reconocido dentro de la casa Kim, realmente le daba igual si se divorciaba cuándo el hijo fuera todavía un bebé mientras fuera reconocido dentro del marquesado, era todo lo que pedía.

<< Por favor hoy no, hoy no. >>

Juntó las manos en el pecho apretadas la una con la otra mientras le rezaba a quién sea que la escuchara, que su marido no la abandonara todavía.

— Mmghh. — Reflujo de estómago subió hasta su garganta y le hizo arder la nariz. 

Últimamente le pasaba bastante seguido por las noches, igual que los mareos, los vómitos, y el rechazo a la exposición de ciertos alimentos, y cada vez era más notorio, lo que en un futuro cercano la pondría en aprietos.

— ¿Qué pasa? — Su esposo no la amaba, pero había momentos, dónde parecía que al menos le tenía un poco de aprecio.

Cuándo a penas era una recién casada, genuinamente pensó que podía ganarse el corazón de su esposo, ahora, quince años después, y abandonó esa estúpida esperanza que sólo la mantiene constantemente decepcionada.

— No es nada, mi señor, sólo fue un poco de reflujo, quizá la cena fue demasiado para mi. Vuelva a dormir, quizá de un paseo para refrescarme y vuelva la cama. — Desde el filo del colchón se acariciaba el pecho mientras le daba la espalda a Seungmin.

— ¿Necesitas que te acompañe? — Francamente T/n no estaba segura sobre si deseaba su compañía o no, así que se quedó callada un momento.

— Es sólo un paseo mi señor, estaré bien.

— Como gustes. — Seungmin se volvió al otro lado dándole la espalda a T/n mientras volvía a conciliar el sueño.

Ese era su esposo, en un momento era amable y al otro distante. EN las primeras etapas de su matrimonio, tenia esperanzas y expectativas sobre su matrimonio, así que T/n siempre se mantenía dispuesta para él, por eso, si le ofrecía compañía siempre la aceptaba, ahora ya no esperaba nada, incluso después de ese día en esa casa, ya comenzaba a dudar sobre si quería volver a ser tocada por Seungmin.

Que no era que su toque le desagradara, al contrario, era lo que más anhelaba, pero ya estaba cansada ser constantemente lastimada por él.

Los pensamientos de T/n iban y venían en diversos temas, como por ejemplo: su matrimonio, o lo feliz que Seungmin había sido con sólo estar cerca de Soo Jin. Y pensó que ella también debería empezar a intentar ser feliz, si no fuera porque tenía tanto miedo de volver a ser la princesa Hwang... Esos eran tiempos a los que no estaba dispuesta a volver.

T/n era la hija ilegítima del barón Hwang, y antes de casarse con Seungmin vivía en el ático de la mansión Hwang; que era un lugar bastante malo, y dónde se había acostumbrado a las ratas y cualquier tipo de insecto.

Siendo la hija del barón, no había tenido una buena vida, por eso valoraba tanto ser la marquesa, porque a lado de Seungmin lo tenía todo; tenía más dignidad que siendo la princesa menor de la casa Hwang, incluso, aunque su marido no la viera y se la pasara ignorándola, vivía mucho mejor.

Pero últimamente se preguntaba si ser marquesa realmente justificaba su dolor y lo dudaba, T/n no creía que una persona mereciera sentirse tan miserable como ella, aunque la mayoría de las nobles esposas del imperio lo fueran.

— ¿Dando un paseo marquesa? — La voz grave, pertenecía a un hombre, lo que la sorprendió, pues no imaginó que alguien estuviera en el jardín a esas horas.

— Ah... Alteza. — Al estar frente al príncipe imperial no sabía muy bien que hacer, por lo que hizo un saludo oficial de acuerdo al estatus de quién estaba frente a ella. — La marquesa Kim T/n saluda al pequeño sol del imperio, el príncipe heredero, Lee Yong Bok. — A pesar de estar aún en pijama, T/n seguía luciendo la elegancia de una marquesa.

— Le acepto el saludo. — T/n pudo levantarse. — Pero no era necesario. No estoy aquí cómo una visita oficial, estoy más bien de paso, entonces sólo tráteme cómo el hermano menor de la duquesa.

— Lo entiendo. — La mirada de Felix a su ropa la hizo consciente de cómo era que estaba vestida, por lo que, con disimulo, estiró lo más que pudo de ambos lados del abrigo y con discreción los cruzó por el pecho tapando la pijama. — Disculpe la vestimenta, vine a dar un paseo nocturno.

— Sin embargo ya es de mañana. No me diga marquesa... ¿pasó la noche afuera con este frío?

— Al parecer sí, su alteza. 

Con caballerosidad, el príncipe heredero se quitó la chaqueta y la puso suavemente en los hombros de T/n. Era cálida y aún conservaba muy bien el olor del perfume del príncipe; una fragancia fuerte y envolvente que te abrazaba por todos lados, incluso te rodeaba el cerebro y sólo podías pensar en lo bien que olía.

— Apresuremos a entrar, ya pasó mucho frío, marquesa. — La gruesa voz del príncipe sacó a T/n del trance en el que parecía haberse metido gracias a su perfume.

— Sí... muchas gracias, su alteza. — Apretó las orillas de la chaqueta y se enderezó para entrar. 

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