Reacciones, Types, One shots, Drabbles, etc.
***Pedidos Abiertos***
Sólo sumérgete en el mundo de la imaginación.
-Heterosexual
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-Pueden tratarse temas con lenguaje soez, explícito o sugestivo.
-T/n
No se busca sexual...
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Bangchan
Estaban en los dormitorios, él trabajando en una nueva canción misteriosa de la que no te había permitido escuchar nada, y tú tumbada en su cama.
No estabas aburrida para nada, más bien estabas ansiosa, pues habías decidido que era hora de contarle a Chan tu más grande secreto sobre su amistad.
— Chan... — Llamaste suavemente a su lado; casi estabas asustada de que te respondiera de vuelta, y por poco, te hechas para atrás.
— ¿Sí? — Se acomodó los audífonos de casco de manera extraña, de modo que la oreja que estaba de tu lado quedara libre.
— A-ah... — Joder, todavía ni empiezas y ya estás tartamudeando. — Bueno... la cosa es que... ah... — Suspiraste con pesadez y un claro tono de derrota.
Cosa que puso en alerta a Chan, quién pausó todo lo que estaba haciendo para ponerte total atención.
Con el seño fruncido preguntó: — ¿Qué pasa?
— Te contaré una historia, ¿bien? — El sólo asintió esperando que iniciaras. —Hace un tiempo, conocí a un chico maravilloso... — Solo el inicio ya le estaba constando a Chan. — Es amable, simpático, tiene carisma también, siempre me hace reír y me hace sentir segura... — Y a ti también te estaba costando. — Sabes que soy una persona muy consciente sobre sí misma, pero con él puedo ser yo, puedo dejar de lado mis pensamientos y sentirme segura con una falda rosa de tablones hasta la mitad del muslo, ¡puedo usar mi falda favorita! — Sonreíste con cariño. — También me da abrazos que me calientan el alma, y... quiero decirle que me gusta, ¿crees que puedo gustarle también?
Esa era una pregunta difícil, porque como amigo podría animarte pero como hombre... era algo difícil para él decirte que sí y sonreírte como si no pasara nada, sin embargo, el brillo en tus ojos era algo que no podía ignorar.
— Por supuesto que sí, eres extraordinaria, él debería saberlo... — Se guardó el suspiro en el pecho y supo terminar con pulcritud su pequeño discurso para ti. — Él realmente debe ser una buena persona, — Dijo y asentiste. — no todos los días se habla así de alguien, si no sabe apreciarlo, es porque de verdad es un imbécil... Tiene suerte de que alguien como tú lo quiera. Por supuesto que te querrá, estoy seguro de que también le gustarás... — Sonrío con amabilidad
— Entonces... ¿te gusto? — Con la esperanza brillando fervientemente en tus ojos lo viste.
Su cara no era más que la mezcla de emociones, y lo sabías, probablemente estaría confundido; así que viste sus ojos. Él era un buen mentiroso, su boca era convincente, sus ojos no tanto, de alguna manera, siempre había un atisbo de sus sentimientos en ellos, y en ese momento también eran confusos, como si ellos tampoco supieran que sentir.
