Castillo de Miramar.
08 de Mayo de 2062.
No estoy preparada, ¿Cómo podría estarlo? Los próximos minutos significan mucho no sólo para mí sino también para todos los austriacos. Será un evento que trascenderá y se recordará por generaciones. Ya habíamos visto actos así con otras familias reales, por ejemplo la princesa Grace Grimaldi de Mónaco o la más amada de la familia real británica, Lady Diana Spencer. Ambas con entrevistas sinceras y polémicas.
Como miembro de los Habsburgo-Lorena jamás creí que pudiéramos atrevernos a hacer algo así porque la corte austriaca exige una de las etiquetas más rigurosas del mundo. Sin embargo, después de muchos años de represión, no creí que me animaría a hacer esto.
Mis manos están sudando y el movimiento alocado de mis dedos indica mis nervios. Por primera vez voy a quedar expuesta ante el mundo entero, con ninguna persona me había abierto por completo, ni siquiera con mis pilares.
—Su Majestad, es un placer y un honor que me permita dirigir está entrevista.
El hombre joven con barba toma asiento en frente mío después de realizar una reverencia. Mi pecho se encoge porque me da miedo ser juzgada por todos y sobre todo por este hombre que será mi verdugo.
—Es un gusto, señor Scholz.
—Me parece correcto saber dirigirme a quién entrevistaré. Está consciente de que hablaremos de diferentes eventos que han ocurrido a lo largo de más de cincuenta años.
—Es correcto, y por ello debe dirigirse a quién tiene enfrente suyo. La Emperatriz Alexandra es capaz de decirle los recuerdos de una persona muerta.
— ¿Muerta? —Parece sorprenderse por mi respuesta. Si supiera que eso no significará nada a comparación de todo lo que tengo que decir. — ¿Alexandra Knight está muerta?
—Señor Scholz, debe saber que con el transcurso de los años te das cuenta de una sola cosa, que aquello que consideras prioritario en tu vida, se convierte en secundario cuando has perdido las ganas de vivir. —Los recuerdos de las personas que han pasado por las páginas de mi vida regresan, así como los momentos alegres y dolorosos. —Yo perdí las ganas de vivir desde hace mucho tiempo.
—En ese caso, podemos comenzar. —Su mirada curiosa y ansiosa por respuestas es penetrante. Sabe que con esta entrevista será reconocido por el público y los críticos. —Pero quiero saber ¿Cuál es el principio para usted?
《Capítulo Editado》
ESTÁS LEYENDO
The Crown
Historical FictionYo no quería una corona, una que implicaba muchos cambios y mucho sacrificio en mi vida. Esa corona no me hizo tan infeliz cuando estaba con el amor de mi vida, pero cuando regresaba a la realidad, todo era una pesadilla y a cada segundo, desde que...