Coro Angelical.

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Como Esteban tuvo un cliente que lo necesitaba con urgencia, le tocó a Lucrecia darle la bienvenida a los "pasantes"

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Como Esteban tuvo un cliente que lo necesitaba con urgencia, le tocó a Lucrecia darle la bienvenida a los "pasantes". Fue después del almuerzo, supo por la recepcionista que ambos se encontraban en una de las salas de juntas, estaban acomodando unos documentos que los abogados iban a necesitar para planear la defensa de un importante cliente para la firma, Lucrecia ingreso sin tocar pero como no hizo mucho ruido los "pasantes" no se habían percatado de su presencia, para nuestra querida y alocada abogada fue como un coro angelical cantara detrás de ella al ver a la pelirroja.

No contaba con un tipo específico en mujeres ya que a ella le gustaba apreciar lo bonito por supuesto, aún así, las pelirrojas tenían cierta debilidad en ella. No se consideraba religiosa pero en ese momento, junto las manos haciendo que sus dedos índices tocaran sus labios, agradeció mentalmente a la deidad responsable de que este hermoso y maravilloso ser se encontrará trabajando en el mismo Bufete que ella, antes de que pudiera hacer su típico baile de felicidad, los pasantes se percataron de su presencia, sonrió y se comporto como una persona normal, aunque tenía cierta fijación en los gestos de la pelirroja, estaba tratando de leer su lenguaje corporal y así estudiarla con detenimiento.





– Entonces, Marcia — le extiende la mano — Yo soy Lucrecia Lombardo, soy la persona encargada de darles un tour y la bienvenida por supuesto

– Encantada Licenciada Lombardo — estrecha su mano

– Dime Lucrecia por favor, bueno ¿Vamos?





Durante aquel tour se encargo de entretener un poco a Marcia, quería ver como se desenvolvía socialmente, además el otro pasante no le interesaba, ya de ese se encargaría Esteban. Gracias a su magnífico poder de persuasión y convencimiento, logró recolectar información importante sobre Marcia, nada muy transcendental pero ya sabía como le gustaba el café, sus horarios y que era bien dulcera; si una presta realmente atención, todo esto hace la diferencia a la hora de crear lazos o conquistar, aunque para lo segundo se necesitan otro par de cosas, por ahora Lucrecia quería conocerla, la muchacha no le había caído mal sino todo lo contrario, en caso de que lastimosamente fuera heterosexual, pues al menos podía sacar una buena amistad de allí.





– Pido a la pelirroja — dice ni bien abre la puerta

– ¡Lucrecia! No puedes simplemente invadir mi oficina ¿Y si estaba con algún cliente?

– Le pregunte a tu secretaria — ingresa luego de cerrar la puerta — Me quedo con la pelirroja

– ¿De quién estás hablando? ¿Qué pelirroja?

– Marcia, la nueva pasante o practicante, ya no sé como se les llama, en fin es mía, aleja tu esperma que fecunda mujeres de ella

– ¿Marcia Cisneros? — sonríe levantándose

– Si... Momento ¿Por qué sonríes? — frunce los ojos viéndolo — ¡Ah no! Olvídalo, la reclame antes

– Pues yo la vi antes, así que no importa que la reclames

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