Cajita de Sorpresas.

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Una vez el almuerzo estuvo listo fueron al comedor aunque Esteban trato de convencerla para seguir en la cama, obviamente no funcionó

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Una vez el almuerzo estuvo listo fueron al comedor aunque Esteban trato de convencerla para seguir en la cama, obviamente no funcionó. Pasaron un rato divertido y calmado en el comedor hasta que Esperanza se llevó al pequeño Hugo para seguir con su rutina así ellos dos estaban a solas por primera vez.



– Podía sentarme en la sala Esteban

– Pero yo quiero que te acuestes, anda hazme caso

– Bueno pero debes hacer algo por mí — sube a la cama

– Si es que te acerque las carpetas, la respuesta es no, más tarde las revisas

– No es eso — sonríe — Deje una caja en el closet, es blanca con un lazo amarillo ¿Me la traes?

– ¿Aquí? ¿En que momento?

– Me la trajeron hace un rato, andale, acercamela

– Bueno ¿Y la dejaste en el closet?

– En realidad fue Esperanza, ella recibió el paquete y lo dejó ahí — aprovecha para sentarse

– ¿Qué tiene dentro? No pesa nada

– No lo sé ¿Por qué no la abres? — revisa su vía

– Estás en un caso peligroso ¿Y si es una bomba?

– Ay Esteban, abre la caja, viene de una tienda, tal vez me la mandaron como parte de alguna promoción o para que pruebe los nuevos productos

– Uhm, bien — se sienta en la cama deshaciendo el lazo — ¿Segura que viene de una tienda?

– La abriré yo sí no lo haces tú



Levanto la tapa con cuidado pero frunció el ceño al ver una figura de elefante, luego se confundió más con el biberón, tomo los pequeños calcetines entre sus manos y se los enseño.



– ¿Por qué te mandarían este tipo de cosas? No compras en tiendas de bebés

– Porque es para nuestro bebé

– Pero si tú y yo no... — la encara — Espera ¿Nuestro que?

– Nuestro bebé va a necesitar muchas de esas cosas — sonríe al verlo procesar — Mi cielo, vamos a ser papás — deja el resultado de la prueba frente a él — Estoy embarazada

– No — dice sin creerselo con una sonrisa — ¿En serio?

– Muy en serio — ríe — Tengo cuatro semanas



Esteban seguía viendo los calcetines con una sonrisa boba en el rostro para luego verla a ella e ir a darle un abrazo, aunque en verdad no se lo esperaban tan pronto, la noticia los había puesto muy contentos, una vez lo procesaban obviamente.



– Seremos papás

– Bueno tú lo serás nuevamente — ríe sobando su espalda — Que tino eh

– No creí que fuera tan rápido — se separa tomándola de las mejillas — ¿Estás feliz?

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