Etéreo

Bombones y Flores.

Y si todo el fin de semana se estuvo sintiendo mal de a ratos pero ya iniciando la semana todo volvió a la normalidad aún así el martes pidió que se acercaran a su oficina para que le sacaran sangre obviamente debía ser en ayunas por lo que sería un rato después de llegar a la oficina, por supuesto Esteban no estaba enterado de esto sino andaría ahí checando que el pobre enfermero marcará tal y tal cosa para analizar.

Como de costumbre llego con Esteban a la oficina, se despidieron en recepción ya que supuestamente ella tenía una reunión en unos minutos, sólo así sabía que él se mantendría por ahí ocupado, mientras esperaba se dispuso a analizar aquel presentimiento que seguía sintiendo, es verdad que estaba ansiosa pero no sabía de donde salió tal factor que la puso así... ¿Y si de verdad estaba embarazada? Instintivamente apoyo la mano sobre su vientre.

¿Tenía miedo? Por supuesto, ser responsable 100% de una nueva vida da miedo pero admitía que estaba un poco más tranquila que cuando supo de Rafa, había crecido profesionalmente, podía disponer de sus horarios como ella quisiera, tiene un marido maravilloso que la adora, casa propia y muchas cosas para ofrecer al bebé; con eso en mente pudo calmar un poco a su corazón que latía con tanto fervor que hasta había logrado asustarla un poco.

– Permiso Licenciada — interrumpe Merche — Me pidió que le avisara cuando llegara el personal médico que agendo ayer

– Gracias Merche, hazlo pasar por favor

– Por supuesto... Adelante señor, lo está esperando — se hace a un lado

– Permiso... ¿Señora Lombardo?

– Si, adelante

Pasaron al sofá por ser un área más espaciosa y comenzaron con la ficha requerida, además de salir de dudas quería un perfil completo, si iban a sacarle un par de tubitos de sangre pues mejor analizar todo de una vez, una vez esa parte finalizó preparo los cuatro tubos de sangre con el nombre y el número de identificación, de ahí simplemente desinfectaron el área y pinchazo. Pero afuera ocurría algo también muy interesante, mientras Lucrecia peleaba con la maquina expendedora, pudo ver llegar a un mensajero que traía una canasta bastante grande con flores y otro par de cosas.

Su primer instinto fue pensar "Puta ¿Y ahora de quién es el cumpleaños que olvidé?" Se dispuso a prestar especial atención para descubrir con quien dejaba dicho arreglo, Esteban también se encontraba por ahí encargandole a su secretaria que acomodara ciertas reuniones en su agenda cuando vio al muchacho acercarse hasta la mesa de Merche. Ambos hermanos abrieron bien los ojos por la sorpresa, Esteban quiso pensar que alguien le estaba mandando aquel arreglo a Merche, mientras que Lucrecia ya estaba pensando en cual de los abogados de este piso iba a ser brutalmente golpeado por mandarle flores a Marcia.

– Yo se lo recibo joven ¿Necesito firmar algo? — indagó la secretaria

– Si, aquí por favor... ¿La Licenciada no se encuentra?