Corte y Seguimos.

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– En ese cajón está el abre corchos — señala antes de lavarse las manos

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– En ese cajón está el abre corchos — señala antes de lavarse las manos

– ¿Y el vino?

– Tengo uno de esos refrigeradores para el alcohol, está del lado izquierdo de mi nevera, escoge cualquier botella mientras sea tinto

– ¿Amante del vino?

– Del vino, tequila, mezcal y todo lo que embriague — sonríe tomando una de las pechugas para lavarla

– Eso explica la noche de karaoke

– Bueno no me den un micrófono cuando estoy tomando — da de hombros

– ¿Y tus copas?

– Compartimiento a la derecha  del mueble que está enfrente a tu nariz

– Tienes todo demasiado organizado ¿No serás igual que Lucrecia o si?

– Me gusta el orden pero fue ella la que me organizo todo aquí el día del karaoke, ha decir verdad, este sistema funcionó mejor que el mío

– Es que Lucrecia es un poco maniática — abre la botella

– Tengo jugo en la nevera para Hugo, creo que es de piña ¿Le gusta?

– Le encanta la piña — termina de servir las copas — Sólo dejame ir rápido a mi departamento por su vaso entrenador y uno de sus platos, para que no te rompa los tuyos

– Buena idea, quitale el seguro a mi puerta antes de salir, así si se cierra podrás abrirla desde afuera, tengo mucho por lavar y desinfectar antes de ponerme a cocinar




Luego de que Esteban trajera todos los utensilios que su hijo requería para alimentarse, paso a servir jugo de piña para el menor y probó del vino de Marcia, aunque era un poco dulce no dejaba de ser bueno, eso sí, no podría beberlo todo el tiempo o se pondría ebrio muy pronto.




– ¿En que te ayudo?

– En el mueble de la isla para desayunar están mis ollas y sartenes, saca dos sartenes y una olla en ella pondrás agua para calentar, pon hasta la mitad más o menos

– De acuerdo ¿Y tú que harás?

– Cortar el pollo y los vegetales para la pasta

– Podría ayudarte con eso

– No quiero dedos cortados Esteban — saca las tablas para picar

– No me voy a cortar, deja que te ayude

– Bien, cortaras los vegetales pero primero llena la olla y dejala en el fuego medio cuando empiece a burbujear lo dejaras en fuego bajo

– Hasta la mitad de la olla dijiste ¿Verdad? — saca las sartenes y la olla

– Ujum — toma un cuchillo




Y si todavía quedaba la duda, Esteban no sabía cocinar, mucho menos manipular bien un cuchillo, las únicas veces que lo utilizó fue para cortar el pan o grandes pedazos de carne porque en las reuniones familiares es él quien se encargaba de la parrilla, fuera de eso nada. Marcia tuvo que mostrarle la manera correcta de tomarlo y luego le indicó como quería que cortará la cebolla, pimientos y el ajo, por supuesto el menso terminó cortandose el dedo.




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