Cansancio.

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– Que no Esteban — repite mientras salían del elevador — Después de este se cierra fábrica, quiero poder enfocarme en los dos niños, nosotros y por supuesto mi trabajo

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– Que no Esteban — repite mientras salían del elevador — Después de este se cierra fábrica, quiero poder enfocarme en los dos niños, nosotros y por supuesto mi trabajo

– Podemos hacer todo eso sin cerrar fábrica — la sigue a su oficina

– Claro que no, más niños, más responsabilidades, Hugo en dos años entrará al kinder ¿Sabes a cuantos festivales y demás actividades deberemos asistir? Quiero poder tener tiempo para nuestros dos hijos — enfatiza en la palabra "dos" — Cosa que no se va a poder si somos más en un corto periodo de tiempo

– ¿Y si nos esperamos hasta que este bebé cumpla cuatro para encargar el siguiente? — cierra la puerta de la oficina

– No voy a discutir sobre este tema en nuestro lugar de trabajo

– Todavía nadie regresa del almuerzo, tenemos tiempo

– Esteban, lo vamos a discutir en casa, luego de que mis abuelos se retiren, tenemos mucho trabajo por hacer así que da media vuelta cielo y ve a tu oficina — toma asiento detrás de su escritorio

– Pero...

– En casa Esteban

– Ahs, bien pero nada de dormirte temprano para que no hablemos del tema — advierte

– Yo jamás haría eso

– ¿Ah no? ¿Y la otra vez que quedamos en hablar sobre lo que harás con tu departamento?

– Esa vez estaba muy cansada y también era tarde, ahora ve a trabajar

– Si te duermes tendrás que compensarme — advierte antes de salir

– Tu papá es un dolor de cabeza a veces — suspira abriendo su laptop




Y si luego de haber pasado tanto tiempo encerrados en sus oficinas, al fin llegó la hora de la salida, estuvieron atrapados en el tráfico un buen rato de regreso a casa pero al llegar los esperaba una buena taza de café y té junto con galletas en la mesa del comedor, mientras Esteban se concentraba en comer junto con Don Paco, ella jugaba sentada en el piso de la sala con Hugo quien estaba muy contento de tener a sus papás en casa al fin.

Al rato Doña Auria insistió en enseñarle a Esteban un par de trucos para cocinar mientras Marcia llevaba a Hugo para darle un baño, como siempre luego tuvo que ducharse ella ya que el pequeño siempre la empapaba con agua y jabón, durante esos minutos lo dejo al cuidado de su abuelo, después ambos se pusieron a armar esas barras protectoras para bebés, eran para evitar que bajaran o subieran las escaleras, habían estado prolongando esto por el trabajo y las salidas familiares.




– ¿Estás segura de que no vendrá aquí para jugar con los tornillos?

– Está en su cuarto abuelo, seguro anda en el pelotero

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