Te Estoy Cuidando.

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En esa primera consulta determinaron que el desarrollo del embrión era normal, Aunque Marcia debería de llevar un régimen alimenticio estricto por estar con bajo peso, todo apuntaba a que ninguno estaba en peligro, lo que era bastante tranquilizad...

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En esa primera consulta determinaron que el desarrollo del embrión era normal, Aunque Marcia debería de llevar un régimen alimenticio estricto por estar con bajo peso, todo apuntaba a que ninguno estaba en peligro, lo que era bastante tranquilizador para ambos padres, como estaban en una burbuja bien bonita extendió sus días de descanso a otros dos, de todos modos en lo único que estaba trabajando era en el caso y toda la información ya se encontraba en el departamento de Esteban, en caso de que debiera reunirse con Iñaki lo hacían en su departamento para no ser interrumpidos por Hugo.

El juicio inicio un martes temprano, Esteban había insistido en liberar aquel día para estar presente, sabía lo mucho que ponía a Marcia nerviosa esto por lo que creyó mejor acompañarla, en especial si se sentía mal, fue un día bastante estresante pero todo apuntaba a que tenían grandes oportunidades de ganar, volverían a reunirse a la misma hora mañana para presentar otro par de pruebas y para que otros testigos subieran al estrado, para cuando salieron del juzgado Esteban la llevo a un restaurante para que ambos pudieran comer apesar de que ya eran las dos de la tarde.




– Se extendió bastante el juicio — le abre la silla

– Si, menos mal tuvimos esa pausa de 15 minutos, gracias por traerme algo de fruta — sonríe — Fue lindo de tu parte amor

– No sabes lo difícil que fue esconderla — ríe — Pero tenías que comer algo al mediodía, aunque sea fruta

– Ay que bien me cuidas — le manda un beso — ¿Tú comiste?

– Si una dona

– Y me trajiste fruta

– Estoy cuidando al bebé, te mandaron una dieta estricta ¿Recuerdas?

– Pero me permitieron pasarme un poquito, por lo menos me hubiera invitado un mordisco

– ¿Qué fue lo que pasó cuando te invite el pastel de chocolate?

– La pasé mal — asiente revisando la carta — Nada grasoso, nada frito — suspira — Este bebé se lo tomó en serio, ni siquiera puedo oler las frituras

– Las donas se hacen con aceite mi amor, habrías vomitado en pleno juicio

– Lo disfrutas

– Poquito — admite riendo — ¿Qué vas a pedir?

– Carne al horno, con esas papitas chiquitas ¡Uf! Y un poco de ensalada para que no me regañes

– ¿Cuál ensalada? Porque ya me antojaste, a ver si pedimos lo mismo

– No lo sé ¿Cuál dices tú? La de arroz no suena mal pero si se trata de comer algo verde — frunce la boca — Hay una con espárragos

– Esa suena bien

– ¿Quieres un vinito tinto para acompañar?

– Tú no puedes beber

– Yo tomaré un jugo de piña pero te lo pregunto para ti

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