Etéreo

Casa Nueva, Vida Nueva.

Cuatro años después.

¡Ah! Ha pasado de todo estos últimos cuatro años, la casa se terminó por completo, hubieron algunos problemas que atrasaron el tiempo de espera como la electricidad, Marcia y Esteban la habían pasado un poco mal en aquel momento pero valió la pena una vez se mudaron con los chicos. Por supuesto que también les tocó algunas peleas con Ivanna, en especial cuando se metía en la forma que decidieron criar a los niños, aún así se esforzaban por llevar la fiesta en paz por los niños.

El primer día de colegio de Hugo fue un verdadero bombazo para ambos padres ya que caían en cuenta que su bebé estaba realmente grande, Marcia lloro en ambas ocasiones, fue duro dimensionar que sus dos niños ya eran lo bastante grandes como para ir juntitos al colegio. Ahora si nos vamos a sus vidas como profesionales sólo se puede decir que van en ascenso como era de esperarse, Marcia era una de las abogadas más buscadas para llevar casos complicados, ya prácticamente sólo se encargaba de ese tipo de casos y al no tenerlos con frecuencia, le dejaba bastante tiempo para estar con los niños.

Esteban por obvias razones estaba más ocupado pero tenía un trato con su esposa, así que siempre estaba presente en absolutamente todo, no le quedaba de otra ya que fue amenzado de recibir el divorcio si no cumplía con su palabra; la vida como esposos era buena. Siempre que podían se organizaban una cita para dejar atrás el trabajo, los niños y la responsabilidad de una casa, disfrutaban mucho su tiempo a solas así como en familia; ahora que los niños tenían seis y cuatro años, en definitiva los juegos eran mucho más divertidos.

– ¿Quieres apagar tu alarma por favor? — murmura abrazándose a su cuerpo — Es muy temprano

– Somos padres... Hay que levantarnos temprano — estira la mano hasta su celular y la aplaza

– Para eso esta Esperanza — aprovecha para acomodarse en ella — Deja que los despierte y preparé, tú y yo podremos dormir unos minutos más

– ¿No tenías que llegar temprano hoy? — también lo abraza

– Antes de las 09:00 am — sonríe — Podríamos esperar a que los niños se vayan, Oscar los va a llevar

– Eso de ponerles chófer fue buena idea cuando no tenemos tiempo pero hoy tenemos que llegar a la oficina a más tardar 08:30 am, podemos llevarlos

– Pero si los llevamos no podremos estar aquí... Solos, bajo las sábanas — murmura mañoso — Ya nos hace falta una mañana romántica

– Esteban, tenemos mañanas "románticas" casi siempre — ríe negando

– No son suficientes

– Dices lo mismo cuando invades mi oficina, que por cierto ya no tienes permitido hacerlo

– ¿¡Por qué!? Soy tu marido, me gane ese derecho

– Casi nos descubren la otra vez, quedamos que en nuestro lugar de trabajo no