Etéreo

Tres Besos.

Luego de casi una semana donde se la pasaron de un departamento a otro, esto parecía ser más que sexo ya que Marcia convivía con regularidad con el pequeño, cocinaban juntos, veían alguna película o simplemente hablaban rato largo en la terraza; comenzaba a ser un poco confuso y aunque Marcia quería sacar el tema Esteban se las arreglaba para dejarlo atrás. Hoy nuevamente había despertado en su cama aunque esta vez sola, lo que era raro ya que sus alarmas sonaban con minutos de diferencia y la que siempre despertaba antes era ella.

– Buenos días — deja la charola con el desayuno sobre la cama — ¿Dormiste bien?

– Buenos días — despeina aún más su cabello — ¿Hiciste que la Nana de Hugo preparará todo esto?

– No, me encargue de comprar todo anoche — ríe subiendo a la cama — Ella aún no llega, es muy temprano

– Aunque creo muy lindo que prepararás todo esto para nosotros... Creo que necesitamos hablar — toma su mano cuando lo ve intentando irse — Esteban, escucha al menos

– Está bien ¿De qué quieres hablar?

– De esto, oye no voy a pedirte nada serio si no es lo que quieres pero me gustaría saber que quieres ¿Será sólo sexo alocado y maravilloso? Porque no tengo problema con eso — ríe — De verdad que no pero no sé si buscas una relación más allá del sexo conmigo

– Tú tienes el poder de hacer que me desespere en medio segundo Marcia, me gusta pasar cada momento que se pueda a tu lado, eres una mujer sumamente interesante y aunque el sexo es fantástico... Quisiera tener algo más serio, no te digo que en este momento ya que nos estamos conociendo pero si en un futuro cercano, bastante cercano de hecho

– Me pasa lo mismo cada que estamos juntos pero — suspira soltando su mano — No quiero que me cataloguen como "la novia del hijo del jefe" ni que me traten diferente por estar contigo Esteban, en verdad me gusta el camino por el que esta yendo mi carrera y no quiero que me empiecen a llover las cosas de arriba o que las traben porque estoy contigo

– ¿Y si llegamos a un acuerdo?

– A ver cual — amarra su cabello en un moño desarreglado

– No tienen porque enterarse en la oficina, podemos seguir haciendo lo que hasta ahora, vernos en tu departamento o el mío, salir juntos y más cosas

– Hemos estado teniendo sexo en tu oficina y la mía Esteban — ríe negando

– Admite que es buenísimo mi sofá

– Lo admito pero si vamos a ser algo más, en nuestras oficinas ya no

– ¿Y en el baño de damas?

– Tampoco, casi nos cachan ahí ¿Recuerdas?

– ¿Y el estacionamiento? Te encantó hacerlo ahí