Etéreo

Muuuuy Grande.

Después de haber descansado y de comer aunque sea un poco, empezaron a recibir los arreglos florales, Lucrecia por supuesto como siempre fue la primera, además ella había ido a traerles sus cosas claramente, ya después el resto de la familia llego al hospital. Los niños venían muy emocionados pero como Lucía estaba durmiendo tuvieron que controlarse un poquito, obviamente a la que fueron a ver primero fue a Marcia quien los recibió con un merecido abrazo.

– Ya son hermanos mayores oficialmente ¿Cómo se sienten? — los suelta un poco para ver sus caritas

– Emocionados, ya queremos ver a Lu — sonríe Hugo

– Ella está aquí en su cuna — la acerca un poco más a la cama — Le pueden dar besitos, sólo no le quiten la manta porque todavía no le ponemos ropa

– Mami es muy chiquitita — se asoma Rafa — Pensé que iba a ser más grande porque tu panza era muuuy grande

– ¿Muuuuy grande? — ríe bajo

– Si, muuuuy grande

Con la ayuda de Esteban ambos niños pudieron acercarse a la bebé, le dieron besitos, la saludaron en un tono de voz bajo, tomaron sus manitas y luego simplemente se le quedaron viendo un buen par de minutos, Hugo recibió el abrazo de su mamá porque en cierto momento se puso a llorar, estaba muy emocionado por conocer al fin a su hermanita y los bisabuelitos también habían llorado pues ellos si sabían todo el contexto de lo que había pasado y ver tan bien a la chiquita, era un alivio enorme. Pronto Lucía despertó y Marcia tuvo la oportunidad de vestirla bajo la atenta mirada de sus hermanos mayores que tenían un montón de preguntas, las de Rafa eran más como "¿Y por qué sus manitas son tan chiquitas? Mami ¿Qué le pasó en el pie? ¿Por qué llora? ¿Le duele algo?".

Hugo por otro lado se había fijado en todo, como porque tenía en una de las manos una de esas banditas que te ponen al picarte con algo, luego le causó mucha curiosidad el suero que estaba conectado en la mano derecha de su mamá, también quería la pulsera que compartían con Lucía, luego Rafa también se le unió. Lo bueno es que logró distraerlos cuando pregunto quien la quería cargar; por supuesto el primero fue Hugo y ya después le toco a Rafa pero de todos modos los dos estaban embobadisimos por su hermanita nueva, quien no hacía más que mirarlos y mover sus bracitos o piernitas.

Ya después tomaron algunas fotos y fue el turno de los adultos, Lucrecia moría de ganas por cargar a su ahijada. Fue una tarde noche bastante reconfortante para Marcia ya que estuvo llena de tranquilidad y sobre todo amor, la despedida si fue algo difícil porque los niños no querían irse a casa pero los convencieron al prometer una video llamada antes de dormir y que vendrían temprano en la mañana nuevamente, por otro lado Esteban consiguió que dejaran a la pequeñita pasar la noche con ambos en la habitación, apesar de que al principio no se lo quisieron permitir tuvo la ayuda de Caro que en este momento le preocupaba una depresión post parto.