¡Tregua!.

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Apesar de no haber visto a Esteban la primera hora y que eso hiciera más sencillo poner una sonrisa en su rostro cada que debía conocer a alguien, deseaba irse a su casa ya

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Apesar de no haber visto a Esteban la primera hora y que eso hiciera más sencillo poner una sonrisa en su rostro cada que debía conocer a alguien, deseaba irse a su casa ya. Nunca le gustaron estos momentos donde escuchas platicas largas y sin mucho sentido, sumándole a eso que no le había caído muy bien a Ivanna, la señora Lombardo; cuando cada vez se aburría más y el cansancio de haber estado de pie largas horas en la corte le soplaban en la nuca, sintió que unos bracitos chiquitos abrazaban sus piernas y gritaba "Holaaa".


– Hola Hugo — sonríe agachandose lo suficiente para cargarlo — No sabía que ibas a venir también ¿Cómo estás?


El pequeño sólo le regalo una sonrisa y la abrazo del cuello, fue ahí que vio a Esteban quien se disculpaba por haber llegado tarde.


– Hola Marcia

– Hola... Hugo ¿No quieres que veamos algo para comer?

– Ay deja que me encargue — se ofrece Inés — Así continúan charlando




Nuevamente tuvo que poner buena cara y fingir que entendía los chistes aunque lo más difícil de todo era huirle a la mirada de Esteban, sabía que no la tocaría frente a tantas personas pero no significaba que fuera más fácil. Para cuando llegó el momento de la cena la sentaron a la izquierda de Lucrecia y Esteban a su lado, este fue uno de los momento donde considero buena idea desmayarse o crear una situación falsa para poder irse a casa pero Lucrecia le había suplicado que no la dejara sola en esta aburrida cena.

Durante la cena le hicieron un par de preguntas que se volvieron difícil de responder cuando Esteban se dedico a acariciar su pierna bajo la mesa, obviamente no fue sólo eso y ella tuvo que disimular varías veces al bajar las manos y golpearlo.




– Gracias al cielo — suspiró Lucrecia entrando a la cocina — ¿Qué quieres beber?

– Lo que sea, sólo dame algo porque sino... No voy a resistir — masajea su cuello — Estoy agotada

– Le dije a papá que cancelaramos la cena y hacerla otro día, estuviste largo rato en la corte

– Es que las cosas se complicaron un poco — acepta la copa de vino blanco — Aún así logré que mi cliente responda bajo libertad todo lo que dure el proceso

– Ella en siempre triunfante — ríe chocando su copa con la de ella — Hay algo que quisiera preguntarte

– Dispara — prueba del vino

– ¿Esteban la cago anoche que ceno contigo?

– ¿Cómo te enteraste de eso?

– Vino esta mañana todo preocupado a averiguar si me habías dicho algo

– No, milagrosamente no hizo nada que... Que me desagradara — le resta importancia — Ay ya sabes lo intenso que es, no le hagas caso

– Avísame si te hace enojar, lo voy a reiniciar de un golpe

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