Un Gran Susto.

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Después de que Iñaki se llevará toda la información que había recolectado por su cuenta, decidió quedarse quieta en aquel sofá un rato, en definitiva sus heridas no eran graves pero le preocupaba el hecho de que su cuerpo había impactado contra el...

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Después de que Iñaki se llevará toda la información que había recolectado por su cuenta, decidió quedarse quieta en aquel sofá un rato, en definitiva sus heridas no eran graves pero le preocupaba el hecho de que su cuerpo había impactado contra el pavimento hace menos de una hora, por más que fue cuidadosa de que en ningún momento cayera sobre su viente o de lado, temía que el bebé sufriera algún tipo de daño, lo más sensato que se le ocurrió fue marcarle a su obstetra y comentarle lo que había pasado.





– Buenas tardes Marcia ¿En que te puedo ayudar?

– Hola Caro... Hace media hora más o menos, sufrí una caída y estoy algo preocupada

– ¿Pero qué pasó? ¿Sufriste un mareo o algo parecido?

– No, no vi que un coche pasaba muy rápido y me toco salir de su camino... Caí sobre mis rodillas y muñeca pero aún así...

– Lo primero será tranquilizarte ¿Si? ¿Sientes algún tipo de dolor o notaste un sangrado?

– No, no he notado nada además del dolor en mis golpes

– Entonces no hay nada de que preocuparse, de todos modos si tienes alguna molestia dile a Esteban que te traiga

– Si... ¿Entonces no debo preocuparme?

– No, eso sí te recomiendo no hacer nada brusco por ahora pero no creo que debas preocuparte de absolutamente nada

– De acuerdo, estaré pendiente y te llamaré en caso de que vayamos al hospital

– No hay problema, hoy tengo guardia así que estaré toda la noche pero trata de guardar la calma, la mayoría de las caídas no tienen un efecto negativo pero dile a Esteban que cuide de tus heridas porque estoy segura que te habrás echo uno que otro raspón, con lo horrible que están las calles hoy en día no te salvas





Al finalizar la llamada se quito los tacones y aprovecho para recostarse en el sofá, las rodillas dolían más que la muñeca pero agradecía que no se presentará ningún otro dolor, habrá estado en aquella posición por al menos 20 minutos hasta que se animo en llamar a Esteban.





– Hola mi amor, justo voy llegando a la oficina ¿Almorzaste?

– Aún no ¿Qué tal todo con los niños?

– ¿Cómo que todavía no? ¿Quieres que vaya a comprarte algo?

– No es necesario ya Merce ordenó mi almuerzo

– Está bien y los niños ya sabes, como siempre con mucha energía y bien charlatanes, aunque te extrañaron ¿Y a ti como te fue?

– Te lo cuento si vienes a mi oficina ¿Tienes alguna reunión ahora?

– No, estoy libre voy enseguida... ¿Todo bien? Porque hay algo en tu tono de voz

– Estoy algo asustada...

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