Renuncio.

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Aunque la discusión no llegó a mayores, si hizo que se fueran a la cama en silencio, de hecho cada uno durmió de su lado de la cama

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Aunque la discusión no llegó a mayores, si hizo que se fueran a la cama en silencio, de hecho cada uno durmió de su lado de la cama. Temprano en la mañana Marcia despertó un minuto antes de que su alarma sonará y la desactivo, con cuidado de no despertar a Esteban se puso de pie y fue a ducharse, iba a salir unos minutos antes que él para que no intentara impedirle no renunciar porque si, lo haría hoy mismo.

Después de estar arreglada tomo su bolso y lo miro dormir tan tranquilo que si la hizo dudar por unos segundos, era consiente de que esto ocasionaría una gran pelea más tarde pero debía ser firme, Esteban no podía interferir con su carrera de hecho nadie debería, así que salió de la casa con la cabeza en alto; él despertó un par de minutos después sin entender porque Marcia no estaba durmiendo a su lado, la fue a buscar al baño y al no encontrarla salió a la cocina, Esperanza se había quedado la noche anterior para echarle una mano con Hugo.




– Buenos días ¿Haz visto a Marcia?

– Buen día señor, la vi salir hace unos tres minutos más o menos

– Maldición... Gracias Esperanza




Tuvo que correr de regreso al cuarto para buscar su ropa y salir tras de ella, ni siquiera había tiempo para tomar una ducha corta. Lo malo es que le tocó algo de trafico al salir del departamento; Marcia ya había llegado al Bufete y se había encontrado con Lucrecia que venía con un buen café cargado en la mano.




– ¿Resaca?

– Lidio con dos crudas, una moral y la otra por culpa del tequila, Mariana está desmayada en mi sofá, tal vez necesite ponerse algo de suero — ríe

– Ustedes dos solas con alcohol, son un peligro definitivamente...

– ¿Vienes a renunciar? — indaga antes de que llegarán a las oficinas

– Si, volveré por mis cosas mañana, hoy no tengo ganas de volver a pisar este lugar

– En ese caso, iremos juntas a hablar con Dario porque también ya me voy, antes de que Esteban me subiera al taxi ayer, me mandaron un mensaje confirmando que ya no soy socia

– Si, él me lo dijo antes de llamarme egoísta por priorizar mi carrera

– ¿Ese idiota te llamo egoísta?

– Si pero no me importa, si tengo que serlo por mi bien, lo haré

– Ay hasta sentí mariposas — sonríe bebiendo del café — ¿Lista para las miradas de horror y vergüenza?

– Oh si, menos mal llegaste temprano porque sino tal vez habría armado un escándalo

– Armalo con toda confianza, yo te sigo




Las puertas del elevador se abrieron y efectivamente, todas las miradas cayeron sobre ellas dos, aunque ninguna se inmutó, caminaron hasta la secretaria de Dario y pidieron fuerte además de claro, hablar con él lo más rápido posible, afuera de la oficina de Dario hay un par de asientos, como seguro entraría en crisis porque ya se podría imaginar lo que se viene, tendrían que esperar un poco.




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