Etéreo

¿Extraña?.

Aunque Marcia había ido a la oficina para ayudar a Manolo con unos documentos supuestamente, la realidad es que Paula pidió que ambos abogados estuvieran presentes ya que tenía "unas dudas". Al darse cuenta de esto por supuesto que su cara cambió totalmente a una expresión seria, ahora podría estar comprándole ropa a Hugo aprovechando que estaban en el centro comercial o yendo a comer algo rico juntos ¡Pero no! La pelos chuecos quería hablar; así que nada más tomo su lugar como abogada del caso, explicó su parte y luego dejó que Manolo hiciera el resto, claro que en cierto momento Paula la acompaño hasta su oficina pues tenía curiosidad sobre unos documentos que precisamente se encontraban ahí.

– Y serían estos... — le entrega la carpeta — Manolo mañana va a sacarlo de la comisaría

– ¿Y por qué no hoy?

– Porque hay que hacer un papeleo extra y ya no es el horario para eso

– Creí que este caso era prioridad

– Y lo es pero cada proceso lleva su tiempo, somos buenos en lo que hacemos pero no tenemos una varita mágica para solucionarlo en tiempo récord... Todo esto ya se lo hemos explicado a ambos

– Bueno es que estoy ansiosa porque salga ya

– Por suerte para ti, nada más tendrás que esperar unas horas más — extiende la mano para recibir la carpeta de regreso

En lo que Paula terminaba de hojear los documentos, Hugo quien salía de la oficina de su padre, sonrió al ver que su mamá estaba en su oficina, fue hasta allá dando saltitos y al tener la puerta abierta, simplemente entró sin tocar o anunciarse.

– Por cierto, me encontré con Ivanna en el club, no tenía idea de que Hugo no fuera tuyo, aunque ahora que lo sé, entiendo mejor los tiempos, ya que cuando empezaste a salir con Esteban, Hugo ya tenía el año — ríe suave — Creí que eras tú con la que me había puesto los cuernos pero al parecer, fue con la madre de Hugo

– ¿No eres mi mamá?

La vocecita del pequeño se escucho detrás de esa horrible mujer y para Marcia fue como que el cielo entero se hubiera caído sobre su cabeza, antes de que siquiera pudiera expresar alguna cosa, el pequeño salió corriendo al elevador que coincidentemente estaba abierto.

– En ti no hay un gramo de sentido común realmente — toma su bolso — ¿Quién te crees que eres para hablar de mi vida privada?

– No sabía que él vino a la oficina...

– Aunque no fuera así, no tienes porque hablar de asuntos que no te conciernen, desde este momento Manolo trabaja enteramente para ustedes, yo estoy fuera — pasa a un lado suyo

– Pero... ¡Marcia!

Apresuró el paso hasta el elevador verificando en que piso iba a parar, Esteban que acababa de salir de su oficina al verla sola frente al elevador se asusto y comenzó a buscar a Hugo con la mirada.