Etéreo

¿La Aceptas?.

Al llegar la hora de salir fue a recepción en busca de las llaves de su camioneta, como Esteban estaba en casa de su madre ahora, había mandado a un chófer para hacer el intercambio de camionetas, aunque ella sin duda esperaba que fuera él quien se presentará tal vez era mejor encontrarse en un punto neutral como lo era su departamento, llego a casa y se puso a estudiar la propuesta de Ricardo, preparo la cena y su almuerzo para mañana. Esteban seguía sin aparecer por lo que dedujo que era un tema bastante serio.

– No puedes llegar y desquitar tus frustraciones con Marcia, ella me estaba haciendo un favor

– Ay por favor Esteban, no entiendo porque insistes en seguir hablando de esto, es sólo una empleada más de tu padre

– Mamá, es la mejor amiga de Lucrecia y también mi amiga, no voy a permitir que esto se vuelva a repetir

– Estás exagerando las cosas Esteban, tu hijo la llamo mamá ¿Entiendes eso? Confunde al niño

– Habrá escuchado la palabra en las caricaturas mamá ¡Por dios! ¿Y que tiene que la llamará así?

– ¡Que no es nada tuyo o del niño! ¿Qué no entiendes? ¡Es una extraña!

– Ya te dije que no lo es, así que a la próxima por favor mejor ni te le acerques, ahora tendré que disculparme por causa tuya

– ¿Para que?

– ¡Porque fuiste grosera con ella! Fue la única que podía ayudarme porque mi familia la verdad no sirve para esas cosas, al mínimo problema que surja mientras cuidan a Hugo me lo regresan — pierde la paciencia — También tengo una vida y me prometieron que me ayudarían pero no lo han echo, así que piénsalo dos veces antes de tratar mal a las personas que si me son de ayuda

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– Tal vez si deba aceptar la propuesta — camisa por su departamento en camisón — Podríamos tener una relación mejor, más estable... Su familia podría odiarme por otras razones y no porque trabajo en el mismo lugar que él... Aunque me odiarían más por pasarme al lado de la competencia — se queja — ¿¡Qué no hay una maldita alternativa!? Una en la que no salgan mal las cosas... Y ya estoy enloqueciendo porque me grito a mi misma ¡Genial!

Se dejo caer al sofá y cerró los ojos tratando de pensar en lo que podía decirle a Esteban. "Escucha cuando trataba de enseñarle a decir mi nombre pues me dijo mamá y aunque trate de corregirlo creo que no funcionó ¿Qué crees? Tengo una propuesta para ser la traidora de la oficina pero podríamos gritar a los cuatro vientos que estamos juntos, claro serías el novio de la traidora, ah y Lucrecia ya sabe de lo nuestro, esta enojada contigo y tal vez ande planeando las distintas formas de matarte" negó repetidas veces y trató de pensar en una forma más amigable de hablarlo pero tocaron su puerta, como si alguien la estuviera persiguiendo corrió a abrirla.