Paranoico.

724 60 35
                                    

Después de aquella noche tan loca Esteban le enseño los planos del que sería su hogar, la verdad es que no tuvo que hacerle muchos cambios ya que a Marcia le encantó, sólo le agregaron un par de cosas para que la entrada fuera más bonita y otro pa...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de aquella noche tan loca Esteban le enseño los planos del que sería su hogar, la verdad es que no tuvo que hacerle muchos cambios ya que a Marcia le encantó, sólo le agregaron un par de cosas para que la entrada fuera más bonita y otro par de cambios en el jardín, está obra iba a tardar bastante tiempo en estar lista pero como ninguno tenía prisa no les importaba esperar ya que estaban cómodos en la casa. Volvieron a centrarse en los preparativos para el cuarto del bebé así como con el plan de parto, Marcia se había metido en clases de pre parto, a las que Esteban se sumo nada más porque la idea de que ella estuviera sola le preocupaba.

Discutieron una y otra vez por su decisión de seguir trabajando hasta el día del parto pero como era de esperarse, Marcia ganó con el argumento de que quien expulsaria al bebé sería ella, osea que sólo ella sabía hasta dónde podía llegar y como se la pasaba sentada detrás de su escritorio realmente no le veía ninguna diferencia de estar en casa o allí. La abuela de Esteban apareció semanas antes de que cumpliera ocho meses, llegó con una bolsa llena de regalos para Hugo, el bebé y unos detallitos para Marcia.

Ahora que literalmente faltaban semanas nada más para su fecha prevista de parto, ambos andaban bien ansiosos armando la cuna, poniendo a lavar la ropita que llevarían al hospital, revisando que sería útil y que no, por suerte la sabiduría de ambas abuelas los ayudó a centrarse lo suficiente para no llevar pendejadas como juguetes, si, Esteban quería llevar varios peluches para el bebé al hospital envés de todo lo que si es necesario. Hoy que había sido el día libre de ambos lo aprovecharon para asistir a la última clase que consistía en ver más o menos lo que te esperaba con un parto natural. Marcia tuvo que llevarse a Esteban a casa cuando se puso pálido.





– Es por eso que no quería que me acompañaras hoy — entran a la casa, él iba recargado en ella aún bastante pálido

– No podía dejarte sola ¿Y si empiezas con las contracciones?

– Te llamo para que pases por mí

– Quiero estar contigo cuando pase, no me quiero perder nada

– Mi cielo, yo creo que no vas a soportar el parto — ríe ayudándolo a sentarse en el sofá — Te pusiste muy pálido, casi vomitaste

– Bueno es que el video que nos enseñaron era... Era muy perturbador, había sangre

– ¿Pues que esperas que haya? Un humanito sale por un estrecho canal, habrá sangre obviamente

– ¿Estás segura de que quieres pasar por eso?

– Cielo, ya la obstetra nos explicó todas las opciones disponibles, tenerlo por parto natural... — se sienta a su lado — Es la mejor opción porque voy a recuperarme más rápido, si me hacen una cesárea tendré que estar en cama, te encargarías de ambos niños solo hasta que me recupere, ni hablar de las curaciones para que la herida no se infecte, ni siquiera podría agacharme porque los puntos se pueden abrir

Etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora