No Vas.

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Habían sido dos semanas bastante largas, incómodas y un tanto dolorosas; Lucía al fin se había acomodado y las contracciones falsas comenzaron a aparecer, claro que no eran tan intensas ni duraban demasiado, de hecho eran como unos cólicos que de ...

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Habían sido dos semanas bastante largas, incómodas y un tanto dolorosas; Lucía al fin se había acomodado y las contracciones falsas comenzaron a aparecer, claro que no eran tan intensas ni duraban demasiado, de hecho eran como unos cólicos que de vez en cuando te sacaban un poquito el aire pero se pasaba bien rápido, Esteban por supuesto se llevó más de un susto al verla pasar por este proceso normal y su grado de preocupación subió, aunque eso no le impidió a Marcia seguir con su vida normal, sólo porque se puso más terca que de costumbre.







– ¿No puedes dormir mi amor? — murmura abriendo los ojos — ¿Te duele?

– No, me cuesta respirar un poco por el peso

– ¿Pero sentada si puedes?

– Si, estoy esperando a que ella se mueva un poco para volver a acostarme y así no sofocarme, duérmete, estoy bien

– Te haré compañía — se sienta — Estamos juntos en esto

– Esteban relájate, esto es normal y lo sabes, pasa todo el tiempo — sonríe

– Pero ya pasamos la fecha de parto, puede ocurrir en cualquier momento

– La pasamos por un día — ríe negando — Mi cielo tranquilo que esta vez no te vas a perder nada

– ¿Cómo sabes?

– Pues porque ambos estamos lejos de la corte, trabajamos en el mismo lugar, vamos a la misma hora a casa, creeme, no te vas a perder nada a menos que te desmayes

– Bueno eso sí, igual estoy preocupado

– Llevas preocupado todo el embarazo, eso no es novedad

– Me preocupa mi esposa y nuestra bebé — acaricia su vientre

– Las dos estamos perfectamente bien, tranquilízate, es sólo una molestia normal en el embarazo

– Princesa ¿Qué paso? Se suponía que ayer debías estar con nosotros aquí afuera

– Dice que le dio flojera

– Pero si mamá lo va hacer todo por ti — ríe dándole un beso

– Pero aun así le dio flojera, entiendela, se ejercita mucho la bebé

– Puro ejercicio de pierna, nacerá con tremendo muslo

– Muslitos de bebé — ríe — Bien apretables y bonitos

– ¿Y si le da por nacer ahora?

– No creo, ni dolor de cintura tengo

– La noche antes de que Rafa llegará no soportabas la espalda

– Por eso, no creo que sea ahora, ella es más diurna — bromea







Charlaron por otro par de minutos hasta que por fin la pequeña Lucía se movió permitiendole a su madre recostarse de lado nuevamente y respirar sin ningún tipo de problema; fue una noche bastante tranquila, no volvió a despertarse en la madrugada ni mucho menos. Ya en la mañana como siempre la casa se volvió un caos mientras trataban de organizarse ellos y luego a los niños, lo bueno es que Doña Auria vino al rescate permitiendole a los dos adultos compartir una ducha [sin segundas intenciones porque no había tiempo] y vestirse por supuesto.

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