🎃 Especial de Halloween 🎃

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Nota: este capítulo no forma parte de la trama principal, así que puedes abstenerse de leerlo si lo deseas.
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Sus pies se apoyaban en puntitas sobre un banco de madera junto a la ventana, su ojos veían con gran emoción las luces parpadeantes que iluminaban lo ancho y largo la calle teniendo toda su atención. Junto con los adornos de gran tamaño, había de muchas formas y colores, arañas gigantes, fantasmas, esqueletos que colgaban de las puertas de las casas, zombies que parecían salir de sus tumbas bajo tierra, pero lo que más le gustaba eran esas calabazas decoradas con caras aterradoras que eran chicas y grandes, ovaladas, redondas, de colores naranjas, amarillas e incluso verdes.

-¿Alek?- Escuchó cómo una voz lo llamaba, así que volteó rápidamente para ver quién era.

-¡Mamá! ¡Mira que lindo se ve!- Dijo señalando los adornos que se apreciaban por la ventana.

-Mmh, son muy lindos, pero es hora de alistarse- Respondió su madre cargando al pequeño omega para que no cayera del banco de madera.

Ante esto el pequeño Alek hizo un puchero para expresar que no estaba de acuerdo con la idea de su madre, él quería seguir admirando los lindos adornos.

-Vamos, te pasaste toda la semana esperando este día para poder usar tu disfraz- Repuso su madre.

-Sí pero...

-Tu madre tiene razón cariño, has esperado mucho este día- Dijo una voz proveniente desde lo alto de unas escaleras, a la cual el omega reconoció enseguida y sabía que era la de sus papá.

El alfa se acercó hacia donde se encontraban madre e hijo para dedicarle un beso cálido a cada uno.

-Ve a ponerte tu disfraz, podemos recorrer las calles un poco para observar las decoraciones rumbo a casa de la abuela- Propuso el alfa- ¿De acuerdo?

El pequeño omega asintió afirmativamente. Si hay algo que le gustaba más que el día de Halloween era visitar a su abuela, ella siempre le preparaba deliciosas golosinas exclusivamente para él.

Así que bajó de los brazos de su madre y fue corriendo por las escaleras para poder ponerse su disfraz, lo había esperado por mucho tiempo y por fin podía lucirlo de la mejor forma.

Unos minutos más tarde bajó corriendo por las escaleras con su disfraz ya puesto.

-¡Tarán! ¿Qué les parece?- Dijo emocionado el pequeño.

-¡Ahh! Te ves asombroso cariño- Respondió su madre con algunas lágrimas en sus ojos.

-Wow, pareces una auténtica calabacita- Confirmó su padre.

Su gusto por las calabazas decoradas era tan grande que había elegido disfrazarse de una en Halloween.

-No soy una calabacita, soy una aterradora calabaza- Repuso el pequeño omega enérgicamente y con un ceño fruncido.

El alfa lo cargó en sus brazos para después darle un beso en la frente -Claro, eres aterrador mi pequeña calabaza.

-¡Papá...!- Reclamó el omega.

-Jajajaja- Empezaron a reír sus padres al unísono.

-Vamos, es hora de irnos- Mencionó el alfa y con eso salieron de la casa.

El pequeño Alek se encontraba en medio de sus padres, los cuales lo tomaban cada uno de una de sus pequeñas manos, mientras recorrían las calles más aglomeradas, dónde los niños con sus diverso disfraces corrían por todas las casas para pedir dulces.

Entre tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora