Nota: Anuncio importante al final del capítulo.
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El movimiento constante de su pierna lo ponían cada vez más ansioso, miró por la ventana tratando de encontrar una distracción que lo alejara de sus persistentes pensamientos, pero fue inútil cuando el entorno no ofrecía nada más que viejos establecimientos y poca movilidad peatonal.
La percepción de picor en su nuca era cada vez mayor, como si un pequeño hilo fino jalara a su alfa, tratando de guiarlo hacia la dirección contraria a la que se dirigía. Lo primero que se le vino a la cabeza es que su omega lo necesitaba, pero la sensación era diferente a las otras veces que había ocurrido, como si él mismo quisiera alejarse de allí.
No quería alejarse de Azumi. Cuando se despidió de él esa tarde su lobo estaba recio a abandonarlo, pero su lógica le indicaba lo contrario, debía salir a cumplir con las órdenes de Su Señor, a quien alguna vez le había jurado lealtad y obediencia absoluta.
Mientras más avanzaban, más deplorable y lúgubre se veía el lugar. Las personas tenían un aspecto demacrado, sus rostros eran deprimentes, sin expresión alguna, sus miradas eran distantes ante la falta de sus pertenencias o de lo que alguna vez fueron.
Dejó de observar, fue una mala idea intentar distraerse con los sucesos que pasaban afuera. Volvió su atención hacia la carretera, mirando el camino que cada vez se volvía más rocoso, haciendo complicado el avance.
Tal dificultad no era nada para Tetsu, quien era el que conducía está vez.
Miró por el rabillo del ojo la conducta del alfa, su mandíbula tensa y su ceño fruncido era una clara señal de su mal humor, pero no estaba seguro a qué se debía tal estado. No imaginaba que su irritación fuera por la misión que estaban por cumplir, pero realmente no se le ocurría otra cosa que lo tuviera en ese estado.
"¿Un omega? No lo creo, jamás le ha interesado alguno".
Aunque tampoco podía descartar esa idea por muy bajas que sean las posibilidades de ver a Tetsu en una relación.
—¿Ya estamos cerca?
La voz de Yoshio interrumpió sus pensamientos, su mirada giró hacia el otro lado, pero solo pudo alcanzar a ver los mechones de cabellos sostenidos con un listón rojo, característico de ella. La alfa en el asiento trasero, no tenía expresión alguna como era habitual.
—No, aún falta, ya te lo dije —respondió Tetsu de mala gana.
Yoshio recargó su peso en el respaldo del asiento, cruzando los brazos sobre su pecho, mirando fijamente el tablero de enfrente.
—¿Tardaremos mucho en hacer esto? —volvió a preguntar, irritado más a Tetsu, quien apretó su agarre al volante con fuerza.
—No lo sé, ¿tienes algo que hacer? —gruñó, tensando los músculos de su cuello.
No dijo nada, él tampoco tenía ganas de comenzar una pelea en esos momentos, no con la incertidumbre ya acumulada en él. Escuchó las voces enérgicas de los dos alfas, quienes no paraban de discutir sobre algo que realmente no le interesaba en lo absoluto, ignorando sus gruñidos y las feromonas que comenzaban a hacerse presentes.

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Entre tus manos
RandomAlek siempre a cumplido su trabajo de manera exitosa, ¿Pero que pasara cunado el líder de unos de los clanes mas poderosos de la mafia se atraviesa en su camino?