Su mano acariciaba el sedoso cabello castaño, dejando que los mechones se deslizaran con facilidad sobre la longitud de los dedos, mientras su brazo libre aseguraba el agarre sobre el omega, evitando que se despegara de su cuerpo y terminara cayendo al suelo.Sus ojos bajaron hasta la altura de su tórax, mirando como el omega lo tomaba como una almohada, recargando su cabeza sobre su pecho. A diferencia de lo habitual, su semblante estaba completamente relajado, y de su boca salía un delgado hilo de baba que no dejaba de formar una leve mancha que se podía apreciar a pesar del color negro de su saco.
No le molestó en absoluto, de hecho, le fascinaba ver a su omega en diferentes situaciones, en las que estaba seguro, no muchos tenían la posibilidad de apreciar. Incluso creía que era el único que tenía tal privilegio, y eso era suficiente para elevar su posesión por el omega.
La poca luz que entraba por la pequeña ventana, era suficiente para que iluminara los rasgos delicados y suaves facciones en el rostro del omega, dando hacia una vista digna para el alfa.
No había dormido mucho, la cama era incómoda y demasiado pequeña para él, a lo que hubiera preferido dormir en el piso, pero fue imposible para su lobo alejarse del omega.
Se despertó hace un par de horas, cuando la luz era imperceptible en ese cuarto oscuro. Se concentró en los gestos y puchero del omega, que posiblemente eran consecuencia de sus múltiples sueños. Así como los ligeros gruñidos de su estómago, que no habían parado desde que despertó de su inconsciencia.
Sus labios se elevaron en una sonrisa, lo angelical que se veía Alek durmiendo era incomparable a su mal humor del diario. Pasó su mano por debajo de la espalda del otro, mientras la otra se acomodaba entre el ángulo de su rodillas, levantandolo cuidadosamente para no interrumpir su sueño, metió almohada bajo su cabeza, evitando que su cuello se torciera, tapándolo con las sábanas delgadas, dejando que descansara por más tiempo.
Miró cada parte que conformaba la pequeña y sencilla habitación, en ella se hallaba un mesita de noche junto a la cama que estaba pegada hacia una de las cuatro paredes. Caminó hacia el otro lado, dónde se encontraba un closet que cubría casi todo el muro, supuso que solo contenía diversas prendas del omega, pero ese pensamiento fugaz en su cabeza fue suficiente para que regresara sobre sus pasos, abriendo con cautela la puerta corrediza, sacando un suéter de cuello alto, del mismo color que la demás ropa que se encontraba dentro.
Tomó el suéter entre sus manos, acercándolo a su rostro, dejando que su nariz olfateara un par de veces hasta percibir el dulce aroma que conformaban las feromonas del Alek. Dejó el suéter de lado, abriendo uno de los cajones dónde encontró una variedad de prendas con el mismo estilo que el anterior. Al parecer el omega tenía preferencia por las prendas de cuello alto y color negro.
Estuvo un rato analizando cada prenda, esperando que cada una tuviera el aroma de las frambuesas impregnado en ellas, así como las leves tonalidades de chocolate que su alfa podía apreciar con sutileza; para cualquier otro alfa, ese olor pasaría desapercibido.
Su mano rozó una tela más gruesa que las otras, la textura era suave, muy diferente a las prendas anteriores, era claro que tal prenda era de mejor calidad. Cuando se enfoco en ella, sus ojos se abrieron grandemente, se trataba de un abrigo largo y negro, el mismo que llevaba el omega la primera vez que lo conoció en esa cafetería. Sus ojos bajaron hacia la parte media de la prenda, justo donde había derramado el café el omega cuando chocó con él, incluso recordaba su ceño fruncido por el enojo, así como el insulto que le dedicó aquel día.
—Realmente arruiné tu abrigo— sonrió, dejando la prenda en su lugar. —Pero te compensaré por ello.
Dio media vuelta, dejando atrás las prendas, pasando a un lado del pequeño escritorio, observando los innumerables papeles que salían de dentro del cajón. Dudó un poco antes de aproximarse y tomar la perilla de metal, jalando con suficiente fuerza y retirar el contenido dentro. Fue tal la sorpresa que se llevó cuando descubrió que los papeles contenían información sobre él, así como de su hombres, Kazuma y Tetsu.
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Entre tus manos
عشوائيAlek siempre a cumplido su trabajo de manera exitosa, ¿Pero que pasara cunado el líder de unos de los clanes mas poderosos de la mafia se atraviesa en su camino?