Alek siempre a cumplido su trabajo de manera exitosa, ¿Pero que pasara cunado el líder de unos de los clanes mas poderosos de la mafia se atraviesa en su camino?
Sin levantar la vista de su mano donde se ajustaba un reloj sobre una de sus muñecas perfectas, negó con la cabeza. —Es todo, puedes irte.
Escuchó los pasos de la otra persona dirigiéndose a la salida para después cerrar la puerta de la habitación.
Agarró el frasco que se posaba sobre la mesa de vidrio, tomó una pequeña y blanca píldora para después tomarla con un poco de agua. Su celo estaba por venir y está vez no pensaba pasarlo con ningún omega, además de que estaría en un viaje de negocios muy importante para la empresa y el Clan, no quería distracciones, por eso tomó los inhibidores que evitan que su celo llegué.
El viaje a Alemania desde Japón era de aproximadamente quince horas de vuelo. Era largo y cansado, sin contar que tendría que trabajar en el transcurso del viaje para poder tener menos pendiente cuando llegue a Berlín y así poder regresar lo más rápido a Kobe.
*¡Ti,ti,ti!*
Escuchó el sonido de su teléfono y lo buscó entre las sábanas revueltas atendiendo la llamada.
—¿Sí?
—Vendrás al congreso— se escuchó una voz femenina al otro lado de la línea.
—No lo sé, tengo trabajo— respondió con indiferencia el alfa.
—Tienes que venir, habrá mucha diversión.
—Ese día tengo la agenda muy apretada— volvió a responder el alfa.
—Pues has un espacio, vendrá mucha gente— hizo una pausa antes de continuar. —También vendrá.
—No me importa, eso no fue nada— respondió mientras su mal humor iba incrementando.
—Como digas— la voz de la otra persona sonaba divertida. —Te veré allí, será divertido.
—Mmh— fue lo último que dijo antes de colgar.
El congreso era todo menos un congreso, era una reunión para socializar y poder conocer gente influyente, más que nada para entablar relaciones amistosas y amorosas. Alexander asistía a algunas de las reuniones de las cuales habían salido varios de sus compañeros sexuales, pero últimamente ese tipo de juntas ya no llamaban más su atención y lo consideraba una pérdida de tiempo.
Esta vez solo iría por trabajo, no tenía intenciones de asistir. Quería resolver sus asuntos lo más rápido posible y regresar a Kobe, quería pasar más tiempo con el omega. No importaba que solo lo mirara desde lejos, intentaría acercarse más a él, quería conocerlo y saber qué era lo que le gusta y lo que no. En estas dos últimas semanas que lo ha estado observado sólo podía concluir que era un omega muy obstinado, de mal genio y con un léxico atrevido. Sus aptitudes hacia él eran distantes y altaneras, lo cual no le disgustaba, pero al parecer a su hombres sí. También sabía que el omega amaba mucho a su abuela y que era muy importante para él al igual que la bufanda que siempre colgaba de su cuello. Y él se aseguraría de poner a salvo lo que el omega apreciara.
Dejó de perderse en sus pensamientos y en los recuerdos del omega. Terminó de alistarse, arregló su cabello y se puso el saco que hacía juego con el traje gris que llevaba puesto, guardó los inhibidores en una de las bolsas del pantalón para después salir y esperar a Tetsu en uno de los autos que lo llevaría al aeropuerto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.