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En lo único que podía concentrarse era en los constantes pasos de todas las personas que entraban y salían junto con los sollozos que también dejaban salir repentinamente. Las voces intentaban darle consuelo, incluso si alguno le ofrecía ayuda, en el fondo sabía que solo lo decía por aparentar y tapar la realidad, sin embargo, tal inconveniente le servía bastante para ocultar lo sucedido.

De esta manera podría evitar los hechos que le espantaba el sueño por las noches, de esta manera su abuela no tendría más cosas por qué preocuparse, de esta manera podía ocultar el gran dolor que sentía, de esta manera podría evitar que lo juzgaran y sobre todo evitar que acabaran con lo único que le quedaba.

Realizó las reverencias debidas, alzó ambas manos al mismo tiempo que se preguntaba el ¿Porqué? ¿Por qué tenía que pasar por todo esto? ¿Cuál fue el error? No lo sabía, pero si de algo estaba completamente seguro, es que de ahora en adelante no le importaría nada más que su propia vida.

—Alek, ¿te encuentras bien cariño?

—Alek, respondeme por favor.

—Alek.

Se despertó de un salto tras escuchar entre su sueños como una voz lo llamaba.

Su respiración estaba agitada por los diversos recuerdos del pasado que lo invadieron mientras dormía. Estaba empapado de sudor frío por todo el cuerpo como si de una fiebre se tratara, la punta de sus ojos estaba tornada de un color rojizo por el anterior llanto.

'Lo último que recuerdo es haber besado al alfa y después de eso... nada' dijo mentalmente

¿Besado al alfa? Tales acciones comenzaron a visualizarse en su mente con bastante detalle, haciendo que sus mejillas estuvieran más rojas de lo normal. Los suaves labios de alfa, su lenguaje vivida, la manera en que...

—¿Te encuentras bien?

Giró la cabeza para encontrarse con un omega junto a la cama con una auténtica cara de preocupación.

—Parece que tienes fiebre, tu piel está caliente y roja— mencionó Azumi al mismo tiempo que tomaba la temperatura en la frente del omega con una de sus manos.

Parpadeó un par de veces antes de reaccionar del todo. Esto era vergonzoso, pero agradecía que Azumi fuera tan inocente como él lo era antes que apareciera ese alfa.

—Estoy bien, no es nada— dijo mientras retiraba la mano del chico. —¿Qué es lo que pasó?

— Sí... eso, ya que dejaste salir una cantidad incontable de feromonas por tú... mmm... ira, provocó un desbalance en las mismas dando como resultado agotamiento físico— terminó de decir al par que le extendía un vaso de agua. —Nada grave.

—Menos mal, ya decía yo— dijo casualmente sin pensar que provocaría la ira del ojiverde.

—No, n...no es así, siempre estás po...poniendo en riesgo tu sa...salud, no eres precavido con lo que haces ni mides las con...consecuencias de tus acciones— el omega soltó sus feromonas cargadas de impotencia.

—No puedo cambiarlo, sino todos pasarán por encima de mí— contestó sin ánimos sabiendo que tenía algo de razón el chico.

—Yo se que eres un omega fuerte, el más ob...obstinado y gran...grandioso que conozco, pero tienes que pensar en ti tam...también— soltó Azumi con determinación evitando que las lágrimas salieran de sus ojos.

Las feromonas pasaron de ser agrias a ser más dulces dónde se percibía la tristeza.

—Intentaré ser más precavido con mis acciones— dijo para tranquilizar al omega. —Además, tú también eres una omega sorprendente, así que no llores.

Entre tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora