2 (editado)

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  Una semana más tarde, era sábado 11 de mayo y yo me encontraba sentado en uno de los cómodos asientos de un avión con destino a Estados Unidos mientras sentía cómo el sueño me vencía (después de todo, era de madrugada). Bella no pudo acompañarme debido a que preferió adelantar ciertos detalles de la boda, y también debido a su trabajo, pero me prometió que después del matrimonio regresaría conmigo al set de filmación por unos días.

  Fue una cantidad de horas de viaje considerable. Lo que más deseaba al llegar al aeropuerto de Houston era dormir por días enteros. Desafortunadamente, debía esperar tres horas y media en el aeropuerto para continuar el vuelo hacia Nueva Orleans. Al existir una diferencia horaria entre Londres y Texas, eran las ocho de la mañana y ni siquiera el sol matutino me animaba; simplemente me sentía exhausto y estar sentado no me era de gran ayuda.

  Horas después, justo cuando comencé a sentir que mis párpados pesaban más de lo normal, mi teléfono me despertó por completo. Soltando un bostezo y pasando mi mano derecha por mi rostro y cabello, revisé quién llamaba y contesté.

—¿Hola?

—¡Thomas! ¿Cómo estás? ¿Todo bien? —me saludó Wes en un tono animado. En mi mente intentaba entender de dónde conseguía toda esa energía, puesto que, si no estaba equivocado, no existían diferencias horarias entre Louisiana y Texas y jamás había conocido a alguien que estuviera tan alegre por la mañana.

—Hola, Wes. Todo bien —respondí y me relamí los labios, poniéndome de pie para estirar un poco las piernas—. Eh... Ahora estoy en Houston, esperando. Todavía me queda media hora.

—Genial. Entonces nos veremos pronto.

—Así es. Hum... el vuelo sale en un rato y debería llegar a Nueva Orleans dentro de una hora o dos.

—Okay, entonces estarás aquí en Louisiana como a las... ¿12? —preguntó, aunque en realidad era como si solo estuviese pensando en voz alta— Como sea, llegues a la hora que llegues, habrá un chófer en el aeropuerto que te traerá a Baton Rouge. El viaje es de una hora.

—Genial, gracias.

—¡Oh! Y también quería decirte que acamparemos una noche en el set. Esta noche.

—Espera, ¿qué? —pregunté confundido— ¿Acampar? ¿Y quiénes, exactamente?

—Sí, acampar. Será algo así como un pequeño campamento entre todos los integrantes cast y algunos de producción, incluyéndome —explicó con una risa algo nerviosa—. La idea es que todos los actores se conozcan y también conozcan a quiénes trabajarán con ellos tras las cámaras. Creo que ayudará a crear lazos y también a acostumbrarlos un poco a la hectárea, que es el lugar en donde grabaremos la mayor parte del tiempo.

—Bueno, creo que será una experiencia... interesante.

—Tú tranquilo, solo será una noche — aseguró—. Okay, debo irme. En caso de cualquier problema, me llamas.

—Está bien. Nos vemos, adiós.

  Colgué y guardé mi teléfono en el bolsillo de mi chaqueta, pensando en la repentina noticia de que no solo iría a Baton Rouge para filmar una película, sino que también sería parte de un campamento, algo bastante nuevo, y quizás extravagante, al pensar en las veces anteriores que había sido participe de otras producciones cinematográficas. De todas formas, me emocionaba un poco.

  Todos los pasajeros del vuelo 415A desde Londres con destino a Nueva Orleans, por favor abordar el avión, anunció una mujer a través de un parlante. Tomé mi maleta por la manilla y me dirigí hacia el lugar en donde debía esperar para subir al avión.

Waiting Game ↠ dylmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora