Thomas P.D.V.
A veces no sé si los días son mucho más largos de lo común o mi noción del tiempo es la que ha cambiado, pero las horas en el reloj parecen años. Estoy en un avión de vuelta a Estados Unidos después de haber pasado el fin de semana junto a Bella, cuidando de ella y viéndola mejorar poco a poco. Agradezco que no haya sido algo tan grave, mas cada vez que me mira con esos grandes ojos celestes llenos de amor, simplemente no puedo sostener el contacto visual porque juro que ella lee mi mente y ve a través de mi falsa apariencia. Lo peor es que no he dejado de pensar en Dylan y en que no puedo sentir lo que siento por él. Ese cariño latente en mi interior es algo que yo no pedí, las mariposas en mi estómago no las deseé jamás y menos la forma en que sus besos me hacen creer que nada importa, que podría dejar todo atrás por él.
Con todo el cargo de conciencia por el tema de Isabella y agregándole los sentimientos hacia Dylan, lo único que deseaba era fingir que nada había sucedido entre los dos. La palabra "infidelidad" rondaba en mi mente al igual que la rabia, la confusión y el no poder tener bajo control toda la situación. Si tan solo fuera tan fácil como decirle "adiós" a Bella e intentar algo con Dylan, sin embargo, nunca sé con claridad lo que él siente por mí. ¿Qué pasa si esto es solo sexo y su cariño es distinto al mío? Hay personas que son capaces de hacer eso, de separar el corazón del cerebro; parece que no soy parte de esa pequeña cantidad de gente. Así que como no puedo hacer tal cosa, decidí cerrar mi corazón para que se mantenga intacto y lejos de ese hombre que lo estaba alterando. Fue tanta la presión cuando estuve en Inglaterra, mi mamá gritándome porque Bella había llorado un par de veces gracias a mí y todo debido a que me estaba hundiendo en toda una fantasía junto a Dylan, siendo una felicidad tan grande que no me di cuenta de la realidad. Cada día dejaba a Isabella a un lado, casi no la llamaba o no contestaba sus mensajes, cuando se supone que ella es la persona que amo. Yo sé que aún la quiero demasiado, mas no cabe duda de que algo cambió radicalmente dentro de mí. Mi madre la quiere tanto como yo y me sorprendió con un cuestionario tan acertado que parecía saber cada detalle de mi vida, cada paso en mis andanzas. Con seriedad inquirió si yo tenía a alguien más y yo, con un nudo en la garganta y el mejor esfuerzo por mentir, respondí un rotundo "no". Creo que me creyó, pero me advirtió miles de veces que esperaba que así fuera porque Isabella no merecía un trato similar, diciéndome que sería un idiota si dejo ir a una mujer como ella. No sé si tiene la razón o no.
Mi plan de alejar a Dylan acabó tan rápido como empezó. Cuando llegué a Estados Unidos hace una semana me fue inevitable mantener la distancia, y por supuesto que me comporté como un completo imbécil con él. Entonces, me dejé llevar por mi corazón y llegué a la conclusión de que no puedo torturarme, de que lo necesitaba sin importar si él no me necesitaba a mí de la misma manera. No obstante, preferí fingir que no siento nada y que me acuesto con él por placer; existe la alternativa de actuar de cierta forma hasta que se haga realidad. A la vez, me ayudaría a olvidar la porquería de vida que tengo en espera, puesto que Dylan ocasiona de alguna manera un alivio en mí.
No sé qué pensar respecto a él ni menos cómo descubrir qué piensa él sobre mí, pero sea lo que sea, fui un idiota el viernes anterior y me pasé este par de días en un martirio por esas palabras que dije. Ver su rostro tan triste, casi decepcionado, me hacía querer decirle que no todo es cierto, que solo intento disminuir las opciones de sentir mucho más por él. A lo mejor ese era el momento perfecto para haber confesado mis sentimientos confusos, mas ahora el no haberlo hecho me atormenta y es como una nube gris que cuelga sobre mi cabeza.
Al llegar al hotel son alrededor de las cuatro de la tarde. Día domingo y la mayoría del cast ha de estar descansado o haciendo lo que sea que estén haciendo. Me bajé del automóvil que Wes envío amablemente al aeropuerto, aunque le insistí con que no era necesario, y lo primero que vi fue a Dylan conversando con una muchacha rubia y desconocida para mí. Los dos reían como si hubieran oído el chiste más divertido del mundo y yo me dediqué a analizar a la chica: nariz respingada, labios carnosos cubiertos de labial rosa y piel pálida. Traía pantalones cortos de mezclilla, un par de converse, una camiseta celeste que se apegaba a su delgado abdomen y un escote que no demostraba demasiado. Le sonreía con alegría y nunca quitaba la mirada de su rostro, no como Dylan que a veces observaba sus pies, los cuales movía y nunca dejaba quietos.
ESTÁS LEYENDO
Waiting Game ↠ dylmas
FanfictionThomas Brodie-Sangster, un actor de larga trayectoria, lo tiene todo, o al menos eso es lo que él piensa. Con su familia, su novia, sus amigos, una carrera próspera y su futuro matrimonio a punto de concretarse, no hay nada más que podría querer. Pe...