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Dylan P.D.V.

—¿Trajiste el alcohol?
—Sí, está en mi mochila —le respondí a Kaya—. ¿Y la serpentina? —Ella asintió como respuesta.
—¿Globos?
—Sí.
—Okay, ¿y dónde fuiste a comprar todo eso?
—Hay muchas tiendas cerca del hotel y el alcohol lo saqué de mi habitación. No sé si te diste cuenta, pero todos tenemos un mini-bar —contesté y ella hizo una mueca.
—Me imagino que Ki Hong recordó traer la música y pedirle a Wes ese parlante que teníamos el otro día.
—Sí, me dijo que sí lo hizo. Hablé con él por mensaje hace un rato. De todas formas, le preguntamos cuando baje. ¿Thomas no sospecha nada?
—Nop —dijo marcando la "p—, nada de nada. No tiene la menor idea. —Sonrió enarcando sus cejas y yo le sonreí de vuelta.

Era extraño hablar con Kaya, siempre la veía al lado de Thomas y yo solía relacionarme mucho más con Ki, pero la conversación no era incómoda; quizás solo debo llegar a conocerla un poco más, ya que se ve que hay una gran persona en el fondo.

Pasaron un par de segundos y di la conversación por terminada, así que me apoyé sobre la van con mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta y dirigí la vista hacia la entrada del hotel. Kaya y yo éramos los únicos que estábamos acá esperando, al parecer habíamos bajado un poco más temprano. Suspiré y miré la hora en mi celular: cinco minutos para las once de la mañana y cinco minutos para que todos se encontraran arriba de la van y nos fuéramos camino a la hectárea, sin embargo, el tiempo pasaba demasiado lento para mi gusto. Me puse los audífonos y reproduje música en modo aleatorio mientras observaba mi entorno y trataba de entretenerme silbando la melodía de la canción que escuchaba.

No sé cómo, pero, sin razón aparente, Thomas apareció en mi cabeza al igual que esos molestos e insistentes avisos en mi computadora sobre el antivirus; nadie los llama, pero ahí están siempre que se da la oportunidad. Como sea, ese no es el punto. Lo importante es Thomas, persona que ahora suele ocupar una parte grande de mi cerebro y no sé si existe algún antídoto para que se acabe pronto.

Puede que sea mi culpa, en especial porque últimamente lo he estado provocando y, además, se ha vuelto bastante manipulable. Gracias a todo eso, retengo su rostro y todo lo que tenga qué ver con él en mi memoria. Estoy sediento de él y ya no sé si puedo aguantar mucho tiempo jugando a esto. Quiero poder besarlo, tocarlo y hacerle cosas que no me atrevería a mencionar en voz alta, y que tenemos pensamientos similares. Tal vez no es algo que tenga que ver con amor, pero el muchacho llama mi atención como ninguna otra persona lo ha hecho. Nunca en mi corta vida había puesto mis ojos en un hombre y, aunque es algo nuevo para mí, no se siente raro.

Desde el día del incidente en el ascensor sé que no puedo negar mi atracción por él. En realidad, yo no lo llamaría incidente; si no fuera por ello, no hubiera logrado acercarme tanto y también saber que no soy el único que se siente así. No sé qué haría si tuviera que reprimir todo por culpa del rechazo; posiblemente, pasaría mis noches masturbándome de manera frustrada mientras pienso en él y eso suena patético.

Mi ansiedad acrecentó con el pasar de los minutos. Quería ver a Thomas pronto, molestarlo un rato con mis insinuaciones inconcretas y, finalmente, conseguir lo que he necesitado por días: él. Estoy seguro de que no habrá rechazo, es casi imposible, viendo como se comportó conmigo la última vez y notando sus ganas por consumar todo esto... No, no habría rechazo.

La música se detuvo para seguir con la siguiente canción y, en ese pequeño instante de silencio, oí a Kaya decir su nombre. De inmediato levanté mi mirada; ahí estaba él. Usaba una camiseta gris junto a unos jeans azules, esta vez no tan ajustados. Hasta con la ropa más simple se veía como el hombre más hermoso que ha pisado este planeta. Dios, se me caía la baba por mirarlo tanto. Me quedé en el mismo lugar observando a los demás, que ya habían bajado, abrazarlo y felicitarlo por su cumpleaños. Quería ser el último en saludarlo, por lo que esperé. Uno por uno subían a la van apenas le daban sus felicitaciones. Ki lo abrazó y, antes de subir, se acercó a mí.

Waiting Game ↠ dylmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora