Toc toc toc
Abrí los ojos lentamente y los restregué con mis manos, pero aun así se sentían pesados. Me senté en la cama e intenté despertar, mas los bostezos no cesaban y creo que mi cerebro seguía en un estado comatoso, porque al no oír más golpes en la puerta, me recosté y acurruqué bajo las sábanas otra vez, volviendo a caer dormido sin importar que hubiera alguien esperándome fuera de la habitación.
No tardé mucho en despertar de un susto gracias a los sucesivos golpazos del otro lado de la puerta. Ya mucho más lúcido que hace un rato, me senté en la cama y pasé una mano por mi cara, un gran bostezo escapando de mi boca. Golpearon de nuevo, esta vez más rápido y con un poco más de fuerza, y fruncí el ceño.
—¡Ya voy, ya voy! —exclamé.
—¡Más te vale que ya vengas, Sangster! Llevo más de 10 minutos golpeando tu maldita puerta —contestó desde el otro lado ni más ni menos que mi amiga, Kaya.
—¡Exagerada! —grité entre risas mientras frotaba mis ojos y bostezaba de nuevo.
—¡Lo mismo te dirá mi puño cuando salgas! —amenazó y yo reí.Sin otra respuesta de mi parte, gruñí al no querer levantarme para enfrentar otro día. Suspiré resignado, deslicé mis dedos entre mi cabello despeinado y me puse de pie para dirigirme de inmediato a la entrada, descalzo, con la camiseta gris que suelo usar para dormir y bóxers, dándome igual porque solo es Kaya, y no es como si a ella le importara. Abrí la puerta y la observé: entrecejo fruncido, grandes ojos azules y llenos de seriedad, brazos cruzados y cabello negro cayendo en ondas desgreñadas por encima de sus hombros. Lo que me hacía un poco de gracia era que con esa forma de mirarme, parecía una niña pequeña.
—¿Qué? ¿Planeas quedarte ahí, tratando de asesinarme con la mirada? —pregunté riendo. Ella no lo hizo.
—Si pudiera, lo haría. En realidad, por dentro me estoy riendo de ti y tu cara de zombie. —Puse los ojos en blanco y por fin una sonrisa se formó en sus labios—. Ahora, ¿me invitarás a pasar o...?
—No —respondí sin expresión alguna. Juntó las cejas en confusión y solté una risa—. Es broma, pasa. —Me moví hacia un costado y cerré la puerta cuando ella ya había entrado—. No sé cómo caes tan fácil.
—Tú caíste —sentenció, sus brazos aún cruzados y su dedo índice apuntándome—. Tú creíste que yo creí lo que me dijiste.
—¿De qué mierda estás...? —Ella rodó los ojos y se echó a reír.
—Olvídalo.
—¿Y a qué viniste? —Inquirí entretanto caminaba hacia mi cama. Me senté a los pies de esta y la miré.
—Verás... Desperté temprano y no tenía nada qué hacer, así que se me ocurrió la gran idea de venir a tu habitación para molestarte hasta que te hartaras de mí —explicó con falsa seriedad, una ligera sonrisa haciendo paso en su boca.
—Hablo en serio, Kaya.
—Yo también hablo en serio, Thomas.
—Okay, entonces, ya me harté de ti: puedes irte. —Ella carcajeó y se sentó a mi lado.
—Nunca te hartarías de mí. Soy la mejor amiga que podrías tener, así que no me vengas con mentiras. —Enarqué una ceja y esbocé una sonrisa, mirándola fijamente.
—Sabes, siempre he admirado tu modestia —repuse de manera sarcástica y en segundos reímos al unísono—. Aunque sí, eres la mejor amiga que podría tener.
—Oh, qué dulce eres, Tom —me dijo con una sonrisa, la cual desapareció al instante—. Okay, muchas cursilerías por hoy. —Puse los ojos en blanco por enésima vez (al lado de Kaya, es una acción bastante repetitiva e incluso innata)—. La verdad es que vine para que desayunemos juntos, y porque quería decirte que hoy en la noche nos iremos de fiesta.
—¿Qué? Pero... es martes. —Arrugué el entrecejo, totalmente desorientado—. ¿A qué hora iremos si necesitamos grabar?
—Tranquilo, mientras no estabas, Wes nos contó algunas cosas y bueno... Da igual, después le pides que te cuente todo. Pero lo importante es que tenemos tiempo de sobra esta noche, así que, ¿qué dices? —Ella subía y bajaba las cejas de una forma bastante divertida, y cuando estuve a punto de hablar, me interrumpió—. Y no aceptaré un "no" por repuesta.
—Es que... Estoy cansado y...
—Agh, eres tan aburrido —habló, impidiendo que continuara mi oración—. Si es por Dylan, deja de dar tantos rodeos y habla con él de una buena vez. Hazlo hoy por la tarde o... cuando estemos allá en el pub.
—¿Él irá? —Kaya asintió—. Mmh...
—¡Vamos! ¡Di que sí! Sé que en el interior, muy adentro, quieres ir.
—Está bien, está bien —me rendí y exhalé con intensidad. Kaya empuñó su mano e hizo un movimiento victorioso con ella, cosa que me sacó una sonrisa.
—Genial. Y le hablarás a Dylan, ¿entendido? —Me levanté, dirigiéndome hacia uno de los muebles en donde he estado guardando algunas prendas de ropa.
—Ajá... Si es que él quiere escucharme esta vez.
—Lo hará —aseguró. Yo todavía le daba la espalda, buscando entre mis camisetas— . El sábado me preguntó por ti. —Tan pronto dijo eso, di media vuelta y la miré.
—Espera, ¿qué?
—Síp —afirmó Kaya, su cabeza haciendo un movimiento positivo de arriba a abajo—. Quería saber cuándo regresabas y si estabas bien.
—¿Y qué le dijiste?
—Lo obvio. Le dije que te encuentras bien, en general.
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Waiting Game ↠ dylmas
FanfictionThomas Brodie-Sangster, un actor de larga trayectoria, lo tiene todo, o al menos eso es lo que él piensa. Con su familia, su novia, sus amigos, una carrera próspera y su futuro matrimonio a punto de concretarse, no hay nada más que podría querer. Pe...