21

8.3K 485 539
                                    

Tuve un mini bloqueo de escritor y por eso me demoré más de lo planeado. Como sea,
les recomiendo escuchar Waiting Game de Banks, I Found de Amber Run y A Little Death de The Neighbourhood. Yyyyy se acabó el suspenso, ¡ojalá les guste!

****

Lo hubiera besado y así él sabría mi respuesta, pero no lo hice. Solo permanecí con mis labios entreabiertos esperando a que mis neuronas hicieran algún tipo de sinapsis dentro de mi cerebro y me permitieran decir por lo menos una simple palabra. No podía quitar mis ojos de su rostro, así como tampoco podía evitar que la piel se me erizara al sentir su respiración agitada o su torso contra el mío.

-Thomas... -susurré.
-¿Mmh?

No respondí. Sabía que si no conseguía rechazarlo o negarme, terminaría siendo algo totalmente inevitable; deseaba esto tanto como él. Noté que sus labios estaban curvados en una pequeña sonrisa, un pestañeo y ya tocaban los míos.

-¿Y? -movió su mano hacia mi entrepierna, dejándola ahí y dando un ligero masaje. El tacto me hizo estremecer de manera instantánea.

Entonces, bajó su mirada y me besó. Era un beso suave, no parecía tener otras intenciones más que probarme y ver mi respuesta. Succionó mi labio inferior y no lo resistí más, correspondí apenas presentí que se iba a alejar.

Un instinto por dominar la situación se apoderó de mi ser, así que mientras le devoraba la boca fui moviéndonos de alguna forma hasta salir del ascensor, acorralándolo contra la pared consiguiente y besándolo como si no hubiese un mañana. Bajé mi mano a su trasero y apretujé una de sus nalgas, logrando un gemido de su parte, el cual fue silenciado por mis besos. Sus manos se trasladaban de un lado a otro, llegando desde mi cabello hasta mi nuca, para luego descender por mi espalda y adentrarse por debajo de mi camiseta. Sus yemas eran una mezcla de suavidad y aspereza y con cada toque causaban chispas en mí.

A pesar de estar cegado por la lujuria, sabía que existía algo alertándome en el fondo, recordándome que todavía podía parar; no obstante, no deseaba hacerlo, solo quería derretirme en sus brazos sin que nada importara.

Desplacé mi boca por su mandíbula, depositando suaves y húmedos besos en la tierna piel de su cara. Formé un pequeño camino hasta bajar a su cuello, entretanto lo escuché murmurar en medio de sus jadeos.

-Dyl... No podemos... -tragó saliva y yo no me despegaba de él- No podemos quedarnos acá.

Había olvidado que estábamos en el pasillo y que, a pesar de ser bastante tarde, cualquier persona podría aparecer saliendo del ascensor o subiendo las escaleras que estaban atrás de nosotros. Succioné por última vez, dejando una marca diminuta, sonriendo victorioso al ver los efectos que le causaba; los ruidos que escapaban de sus labios eran una maravilla. Luego, lo miré a los ojos.

-¿Entonces? -pregunté, mi voz sonando mucho más ronca de lo que esperaba. El rubio hizo un gesto con su cabeza hacia la derecha y le guiñé un ojo, caminando a paso rápido en la dirección señalada.

Thomas iba pisando mis talones, yo solo seguí mi camino suponiendo que él me indicaría dónde era. Sin previo aviso una de sus manos agarró mi trasero, a lo que reí y di media vuelta para sorprenderlo. Volví a besarlo, quitando esa hermosa sonrisa de su rostro y obligándolo a quedar en contra de la pared una vez más. Sus manos se movían a través de mi espalda y sostuve una de ellas por la muñeca, inmovilizándola absolutamente. Me encantaba sentir ese poder de hacer y deshacer con él como se me diera la gana.

Tomé su trasero con mi otra mano, estrujando una de sus nalgas y provocando más gemidos escapar de su boca. Nuevamente descendí a su cuello, esta vez por el costado contrario al de hace un rato, y mordí la carne tersa y apetecible, pudiendo ver así una marca roja que se formaba tan rápido como desaparecía.

Waiting Game ↠ dylmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora