07: Primera entrevista

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2 de enero de 2022 |  10:30h

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2 de enero de 2022 |  10:30h

Mi hermano aún sigue durmiendo. Yo necesitaba beber agua, así que bajo hasta la cocina. No me había molestado en vestirme, bajaba con la ropa con la que había dormido que consistía en una camiseta y unos pantalones del Barça que Shakira me había dejado. Lo único que había hecho era ponerme la sudadera de ayer, de Pedri, por encima. Al llegar me llevo una grata sorpresa cuando veo al canario de espaldas a la puerta de entrada de la cocina.

—Buenos días —saludo causando que diera un salto en el sitio. No lo puedo evitar y suelto una carcajada.
—Hola, Lía.
—¿Ibas muy borracho ayer? 
—Un poco, ¿y tú? —coge el vaso de agua y se apoya en la encimera para observarme.
—También —asiento teniendo algún flashback de ayer. —Gracias por dejarme la sudadera. Te la tengo que devolver.
—No fue nada, sino te ibas a poner mala. Además, te queda bien —me mira de arriba a abajo con una sonrisa de medio lado. —Aunque eres un poco cabezota.
—Oye —refunfuño acercándome a darle un golpe en el brazo.
—¿Quieres ir afuera? Si no te vas a volver a dormir, claro —pregunta haciendo un movimiento con la cabeza hacia la terraza. —Es que vamos a despertar a los demás.
—Vale —asiento volviendo a llenarme el vaso de agua y le sigo. Aún a sabiendas de que no íbamos a despertar a nadie porque la casa era enorme y las habitaciones estaban en la segunda planta alejadas de la cocina.

Nos volvimos a sentar en el mismo lugar de anoche. Pero ahora cada uno estaba tumbado en una hamaca. Las vistas también eran muy bonitas de día. Además, hacía un día soleado en Barcelona que alegraba a cualquiera.

—Que bonitas vistas hay desde aquí —comento embobada mirando a la ciudad.
—Sí. Aunque es mucho más bonita Canarias —responde presumiendo de su tierra.
—Nunca estuve —confieso girándome a mirar para ver cuál era su reacción.
—¿Cómo? Ya te llevaré yo.
Me rio sorprendida por sus palabras y nos quedamos en un silencio para nada incómodo.
—¿Mañana tenemos que hacer la entrevista, no?
—Es verdad —respondo dándome cuenta que había desconectado del trabajo. —¿A qué hora tenéis entrenamiento?
—Por la mañana, creo que a las diez —contesta desbloqueando el teléfono. —Sí, a las 10:00h —confirma y asiento con la cabeza procesando la información.
—¿Qué prefieres antes o después del entrenamiento?
—Mejor después, así puedo dormir más.

3 de enero de 2022 | 12:00h

Termino de redactar un artículo que Vanessa, parte del equipo periodístico del Club, me había pedido para hoy. Bajo mi criterio me había quedado un buen artículo, así que orgullosa se lo envío vía email. Y me pongo a buscar información para trabajar en otro artículo, pero esta vez de mi universidad. Este artículo se basaba en realizarle una entrevista a una persona, y a su misma vez, era lo que tenía que hacer en el Club. Así que, había decidido preguntarle a Xavi si podía utilizar la entrevista de Pedri para mi trabajo de la universidad, su respuesta había sido afirmativa por lo que tenía menos trabajo.

Al final estaba viviendo una experiencia única que debía de aprovechar y reflejar en mi carrera.

Cierro el programa que estaba utilizando para realizar una portada y abro el archivo que había creado con las preguntas que le iba a hacer a Pedri y otro más con algo de información que tenía preparada para añadir al artículo

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Cierro el programa que estaba utilizando para realizar una portada y abro el archivo que había creado con las preguntas que le iba a hacer a Pedri y otro más con algo de información que tenía preparada para añadir al artículo. Mi intención era que me diera su aprobación de que esa información era verídica.

—¿Puedo pasar? —dos golpes en la puerta hicieron que elevará la mirada y me encontrará al chico de ojos marrones.
—Sí, te estaba esperando —comento moviendo algunos papeles hacia otra zona del escritorio.
—Guau. Que vistas tienes al campo —comenta acercándose a la ventana viendo cómo se divisaba uno de los campos que utilizaban para entrenar.
—Sí, es una pasada esta oficina. Flipé el día que me la dio Joana —me sincero apoyando la espalda en la silla mientras observo al chico que aún sigue mirando por la ventana. —Te dejo esto aquí abierto para que lo leas —señalo el ordenador de mesa con un documento abierto. —Léelo mientras que voy a recoger unos folios que mande a imprimir. Es información de ti, dime si es verdad.
—Vale —responde acercándose a sentarse en la silla en la que yo estaba.

Camino hasta la fotocopiadora general de la segunda planta. Estaba bastante cerca de mi oficina, cosa que agradecía porque podía mandar papeles a imprimir por el Wifi y solamente ir a recogerlos sin necesidad de llevar un USB. Aunque no sabía por qué razón, hoy no me importaría. Sentía un cosquilleo en mi estómago que me indicaba que estaba nerviosa. Suponía que serían los nervios de realizar mi primera entrevista formal y de mi carrera.

Al volver, vi a Pedri concentrado leyendo. Cuando me escuchó entrar apartó la vista y habló. —Es cierto y está muy bien escrito. Me gusta.
—Gracias —respondo contenta dejando los papeles en el escritorio. Ocupo asiento en una de las sillas que se encontraban frente a él y busco el documento donde tenía la entrevista preparada. —Pues, si quieres, podemos comenzar.
—Dale.

Antes de comenzar le aviso de que si no quería responder a alguna pregunta no estaba obligado. Simplemente la eliminaría o la sustituiría por otra que se me ocurriera en el momento. También noté que estaba un poco nervioso, se encontraba en el sillón giratorio que tenía en el escritorio y no paraba de dar media vuelta hacia un lado y otro constantemente.

—Bueno, esa era la última. Ya está todo. —digo revisando el documento para asegurarme de que no me había olvidado de nada.
—Que rápida y amena se me ha hecho.
—Supongo que eso será bueno —comento un poco nerviosa. —Es mi primera entrevista oficial que va a ser publicada en un medio.
—Chacho, que responsabilidad. Yo no te puedo decir que eres la primera persona que me entrevista —bromea.
Me centro en guardar el documento y cerrar los demás archivos que tenía abiertos. —Oye —escucho como vuelve a hablar en un tono más bajo. —Dice Gavi si quieres venir a comer con nosotros.
—Eh, sí. Vale —asiento guardando el ordenador en mi bolso. —¿A dónde vais a ir?
—No lo sé, quizá a mi casa. Pero tenemos que ir a buscar a Gavi.
—Pues vamos.

Me aseguro de apagar el ordenador de sobremesa y de recoger algunos documentos que necesitaba para trabajar en casa. Pedri me espero pacientemente y bajamos juntos hasta el aparcamiento. Al pasar por recepción, Carmen nos recibió con una sonrisa.

—¿De dónde venís, niños?
—Le hice mi primera entrevista del Club —digo emocionada. Cada vez que entraba o salía siempre me quedaba un rato hablando con ella. Me trataba como si fuera su nieta, le había cogido mucho cariño en este corto tiempo.
—¡Enhorabuena, cariño! —sale del espacio de recepción a darme un abrazo y muchos besos en la mejilla mientras Pedri ríe. —Ya no os entretengo más.

Nos despedimos y al salir y ver mi coche volví a la realidad. —Pero, ¿En qué coche vamos?
—En el mío. Déjalo en casa y te recojo allí.
—¿No te fías de mis dotes de conducción, Pedrito? —pregunto abriendo el coche.
—No —responde en dirección hacia su coche. —Sal tú primero. Te espero delante de tu portal.
—A sus órdenes.

Sueños compartidos I y II | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora