Lía Rivas, una joven estudiante universitaria en busca de su pasión, se embarca en una emocionante travesía hacia la realización de sus sueños. En la búsqueda de su vocación, Lía se adentra en el apasionante mundo del periodismo, dispuesta a dejar s...
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La primera sensación que me domina es la confusión. Intento encajar las piezas y recordar lo que ha sucedido, pero mi memoria está borrosa. Las luces brillantes, el sonido constante de las máquinas y el ambiente estéril contribuyen a mi sensación de desorientación. Miles de preguntas arremolinan por mi mente. Mi respiración se vuelve acelerada, siento como mi corazón late con fuerza. La debilidad y la tensión en los músculos se vuelven más evidentes.
Lía. Su nombre brilla en mi mente como un farolillo, pequeños flashbacks inundan mi cabeza, aumentando mi sensación de incomodidad mezclada con miedo.
—Parece que estás en mejor estado —La voz de un señor, vestido con una bata blanca y una tableta en su mano derecha me sobresalta. —¿Cómo te sientes ahora?
—Mejor que antes, aunque todavía aturdido por lo que pasó —reconozco, observando con detenimiento como centra su mirada en las máquinas que me rodean.
—Es normal sentirse así después de lo que has experimentado —Asiente comprensivamente, devolviéndome la mirada. —Quiero asegurarme de que estés lo suficientemente estable antes de darte el alta. ¿Cómo describirías tus síntomas actuales? —pregunta elevando el aparato digital que descansa en su mano derecha y comienza a teclear despacio.
Reflexiono unos momentos antes de hablar. —Aún siento un poco de temblor y un poco de dificultad para respirar, pero en comparación con antes, mucho mejor.
—Entiendo —responde, tecleando más fluidamente. — Tuviste un episodio de ansiedad y un ataque de pánico, lo cual puede afectar a tus síntomas físicos. Pero dado que estás mejorando, creo que podemos considerar darte el alta en breve.
—Eso suena bien —Asiento, sintiéndome preocupado sin conocer noticias de mi novia. En este momento, lo único que me importa es cómo está ella, me da igual cómo me encuentre yo. —Solo quiero estar con mi novia y asegurarme de que esté bien. ¿Dónde está?
—Entiendo tu deseo de estar a su lado. Actualmente, están evaluando a tu novia y tomando las medidas necesarias para su recuperación. Puedo ver que estás ansioso por estar con ella.
Asiento frenéticamente antes de hablar. —Sí, sólo quiero asegurarme de que esté bien. Quiero estar ahí para ella.
Su expresión facial sería cambia hacia una sonrisa cálida, mostrando más empatía. —Lo entiendo perfectamente, pero antes de darte el alta, me gustaría hacerte algunas preguntas para asegurarme de que estás lo suficientemente estable para irte.
—Claro, adelante —digo de manera rápida, listo para responder acomodándome en la cama.
—¿Has experimentado anteriormente ataques de pánico o episodios de ansiedad similares?
—No, esta fue la primera vez que tuve algo así.
—Entiendo —Asiente. —¿Tienes antecedentes médicos o condiciones preexistentes que deba tener en cuenta?
