34: Ágapi

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15 de mayo de 2023

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15 de mayo de 2023

Abro la puerta del coche y Pedri espera sonriente en el lado del conductor a que me acerque a darle un beso en los labios. Jugando un poco, abrocho mi cinturón y lo miro, dejándolo esperando.

—¿Mi beso de buenos días? —pregunta, con una sonrisa juguetona en sus labios.

—Son las cuatro de la tarde. El beso de buenos días te lo hubieras llevado si me hubieras llevado al examen como prometiste —digo fingiendo un enfado, pero con una sonrisa juguetona.

—Amor, sabes que no fue mi culpa —afirma, inclinándose hacia el lado del copiloto. Su mano agarra mi muslo y en su rostro aparece un puchero. Intento resistirme, pero una sonrisa se escapa de mis labios cuando su cercanía es sólo de centímetros. Sus labios finalmente atrapan los míos y, en un intento por profundizar el beso, coloco mi mano en su nuca, atrayéndolo más hacia mí.

—Es solo una broma —aclaro cuando nos separamos, mi mirada baja hasta sus labios hinchados. Me acerco y dejo un rápido beso en ellos antes de acomodarnos para dirigirnos a la Ciudad Deportiva.

A pesar de no poder jugar, Pedri tiene compromisos y eventos que debe atender. Esta vez me invitó a acompañarlo a un evento exclusivo para socios del Club, por lo que aunque no esté directamente involucrada, estaré en la perifería del evento, observando pero sin ser el centro de atención.

—Dios, ¿cómo saben que debes venir al Club? —pregunto sorprendida por la cantidad de gente que se acumula en las verjas.

—Lo anuncian en la página del Club, amor —informa mientras sigue las indicaciones del personal de seguridad para estacionar el coche.

Asiento, saliendo del coche junto a él. Se gira para saludar a los aficionados que corean su nombre y lanzan divertidas frases. Lo sigo de cerca mientras camina y habla con los responsables del Club. Sin embargo, en un momento se detiene, notando que no estoy a su lado. Gira su cuerpo para buscarme y finalmente me toma de la mano, entrelazando nuestros dedos.

Espero a un lado de la zona, junto al personal del Club. Aunque estoy en una posición discreta, tengo una buena visión del evento. El presidente comienza a hablar con diferentes personas, lo cual parece aburrir un poco al público presente. Los ojos de Pedri se encuentran con los míos constantemente, sabiendo dónde estoy, y su mirada me hace sonreír cada vez que me observa. Cuando finalmente Pedri sube al escenario, parece reavivar el ánimo de la gente.

Lo observo con atención desde la distancia. Siempre me parece adorable cuando está nervioso; repite las palabras del entrevistador en su mente y en público, buscando cuidadosamente que va a decir. Una buena estrategia para no cometer errores mientras hablas en público.

—Pueden tomarse fotos con ambos y les firmarán lo que quieran —informan a través de un micrófono y las personas de las sillas se amontonan alrededor de Pedri para conseguir una foto o una firma.

Sueños compartidos I y II | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora