22: Comida a oficina

4.1K 158 1
                                    

Viernes 11 de febrero de 2022

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Viernes 11 de febrero de 2022

Hoy tenía mucho trabajo, y por tanto, no pude disfrutar de un tranquilo descanso viendo el entrenamiento y tomándome un café. Aunque, aún seguía necesitando ese café, así que bajé a la máquina expendedora de la primera planta porque la otra está estropeada. Metí el dinero y pacientemente espero a que salga. No tenía nada que ver con el de la cafetería, pero hoy no me quedaba otra.

—Hola —susurra una voz a mis espaldas y solo por el acento ya sabía de quién se trataba, así que me giró con una sonrisa.
—Hola.
—¿Por qué no viniste hoy a ver el entrenamiento?
—Tengo mucho trabajo y no me dio tiempo a ir. Y ahora baje a por un café porque ya no me estaba concentrando muy bien.
—¿Pero mañana si iras?
—Pues no tengo que trabajar, —digo recordando que mañana es sábado.—pero puedo venir igual a verlo.
—Te puedo traer.
—Ya, ¿y la gente fuera?
—Entraremos por otro lado —vuelve a explicar poniendo sus manos rodeando mi cintura. —Anda —susurra en mi oído y empieza a dejar besos delineando toda mi mandíbula hasta que sube a la comisura de los labios. 
—Vale —respondo tras un suspiro. Él sonríe automáticamente.
—Que fácil eres de convencer —susurra sobre mis labios. Junta nuestros labios y le correspondo hasta que escuchamos a Gavi y Ferran acercarse por el pasillo.

Dejo un beso sobre sus labios y nos separamos a más distancia. Habían pasado cuatro días, seguíamos estando igual el uno con el otro, aunque cambiaba que cada vez que estábamos juntos era imposible que uno de los dos no se acercara al otro para hacerle alguna caricia, algún mimo o robar algún beso.
Por el momento habiamos decidido no decir nada a nadie, aunque podía imaginarme que nuestros amigos se daban cuenta de lo que pasaba, pero simplemente habían como si no.

—Lía —pronuncia Gavi mi nombre despeinando ligeramente mi pelo en modo de saludo.
—Hola, chicos —saludo tanto a él como a su acompañante. —¿Qué tal el entrenamiento?
—Todo bien, ¿por qué no estuviste hoy? —habla ahora Ferran por primera vez colocando mejor su mochila en su hombro.
—Tengo mucho trabajo por hacer, a ver si termino antes de las dos, sino tendré que quedarme aquí durante más tiempo —explico removiendo el café que calienta mis manos.
—Entonces no te entretenemos más —se despide Ferran, seguido de Gavi y por último Pedri.
—Nos vemos luego —susurra más en tono de pregunta este último y asiento levemente con una media sonrisa que adorna mis labios. Cada vez que le tengo delante, me acaricia o me susurra cualquier cosa, por más tonta que sea, un escalofrío me recorre de arriba abajo y una sonrisa aparece en mi rostro sin yo poder planearlo tan siquiera.

Vuelvo a subir pero más contenta tras este pequeño inesperado rencuentro y con muchas ganas de abandonar la oficina para poder ver al chico más tarde. Me dispongo a hacer el mismo papeleo de antes, pero obteniendo mejores y más rápidos resultados. Dentro de dos días hay partido, y quiero dejar unos artículos medio hechos para cuando llegue el momento no agobiarme demasiado.

El ruido de puertas abriendo y cerrándose llama mi atención, desvío mi mirada y veo como el reloj marca ya las dos de la tarde. Suspiro un poco agobiada, aún me quedan dos artículos, uno más extenso y otro mucho más breve. A la vez escucho mis tripas sonar, pero no quiero perder tiempo buscando algo de comer, así que simplemente voy a esperar a llegar a casa y ya preparé algo al llegar.
Mi teléfono ilumina su pantalla, lo tengo bastante alejado de mi, pero al ver el emoticono deduzco quién me está hablando.

Sueños compartidos I y II | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora