24: Solos

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Bajo mi mirada para observarla encontrándome con su mejilla derecha estampada contra mi pecho y su melena rubia cayendo por su espalda

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Bajo mi mirada para observarla encontrándome con su mejilla derecha estampada contra mi pecho y su melena rubia cayendo por su espalda. Irremediablemente, mi mano vuelve su pelo, acariciando su larga y suave melena. Un suave ronroneo se escapa de sus labios al notar mi mano, haciendo vibrar mi pecho.

—¿Echamos un FIFA? —percibo la voz de Ansu sacándome del trance en el que estaba.

Todos los que permanecemos despiertos aceptamos. Dan inicio a la partida Riqui contra Gavi; resultando vencedor el sevillano. En la siguiente partida a disputar ya llega mi turno, y por razones obvias de dominio, resulto vencedor en las tres partidas disputadas contra Gavi, Ferran y Ansu.

—¿No puedes perder ninguna partida? —presto atención a una dulce voz que me habla desde mi pecho, bajo mi mirada encontrándome con una mueca chocante en la cara de la chica y una risita aparece en mi semblante.
— ¿Estás despierta?
— No, te estoy hablando en sueños —vacila virando sus ojos pero sin apartar la mirada de los míos. Su mano, escondida bajo la manta, se cuela por debajo de mi camiseta, provocándome una excitación en todo el cuerpo cuando el frío de su mano, más la piel caliente de mi abdomen y su tacto, se juntan en uno. — Me dejaste de acariciar el pelo y me desperté —informa haciendo dibujos sobre mi piel desnuda para ella.
— Intenta volver a dormir —sugiero intentando evitar que mi cabeza piense en sus tocamientos sobre mi piel. — Voy a jugar otra y luego sigo.
— Esta bien —acepta con un leve asentimiento de cabeza y, entretanto, muerde su labio inferior llamando mi atención; consiguiendo que dirija mi mirada hacia allí y que quiera ser yo quién lo haga. —Quizá me subo para la cama ya, ¿vale?
— Gavi, ¿quieres jugar? —pregunto dejándome llevar por las palabras de la chica. El sevillano acepta rápidamente quitándome el mando de las manos y la rubia sonríe satisfactoriamente. — Espera un poco y vamos juntos.
— Vale, anda —responde sin quitar esa sonrisa que ocupa toda su cara, vuelve a acomodarse en mi pecho y coge mi mano para colocarla sobre su cabeza. Sin rechistar, y disfrutando tanto como ella de acariciar su melena, vuelvo a ello.

Gavi juega dos partidas seguidas, con una pérdida y un victoria; para darle el relevo a Eric, que se proclama ganador en la partida contra mí porque no quiero mover mi mano del cabello de la chica, consiguiendo que Ferran me suelte un "Te tiene comiendo de su mano".
Tras esas palabras y visualizando que son ya la una de la mañana y, que mañana tenemos que entrenar, despertamos a las chicas, a excepción de Lía, que me intento levantar despacio consiguiendo que permanezca dormida. Me despido de todos, que deciden irse a sus casas, y reviso mi teléfono: mi hermano me avisa de que no va a venir, así que definitivamente tenemos la casa para nosotros solos.
Al poner mis ojos en la chica para subirla arriba, descubro que sus dos ojos marrones están mirándome atentamente.

— ¿Notaste mi falta de nuevo? —pregunto guardando el móvil en los bolsillos delanteros de mi pantalón y acercándome a ella.
Asiente levemente a la vez que se incorpora quedando sentada en el sofá. — Que sueño —protesta poniéndose de pie y encaminándose para subir las escaleras, de una en una.
— A este paso no vamos a llegar nunca.
—Gruñón —farfulla y, aunque no la estoy viendo, sé que acaba de rodar sus ojos.

Sueños compartidos I y II | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora