23: Mentirosa

2.8K 107 11
                                    

Viernes 18 de noviembre de 2022

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Viernes 18 de noviembre de 2022

Las únicas personas que conocen mi ubicación actual son mi familia, unos pocos de mis amigos y amigas y la familia de mi novio. Él piensa que estoy en España, y en realidad, estoy a menos de veinte minutos a pie de su hotel. Estar sin hablar con él durante las seis horas que duró el viaje hasta Jordania había sido complicado, no sabía si era el echarnos de menos, pero desde que se había ido a concentrar con la Selección hablamos mucho más que antes. Y la mejor excusa que se me ocurrió fue que tenía que descansar para un examen que tenía mañana, ósea, hoy, que en realidad, no existe y la única prueba que tengo que pasar es su reacción al verme y conocer la noticia.

Salgo a desayunar a la terraza buscando algo de tranquilidad antes de enfrentarme al ajetreo de día que se me viene encima. Tengo diversas reuniones en un par de minutos con la gente de la cadena televisiva, comeré algo en el hotel y luego me colaré en el hotel de la Selección Española con la ayuda de Gavi, aunque mucho más de Sira por facilitarme una acreditación que me permita entrar sin ningún percance.

Las reuniones terminan con buen cauce y feeling, así que, feliz, me dispongo a recorrer las calles en busca del hotel del chico al que estoy ansiosa por ver. El navegador me indica que gire a la derecha y estaré allí en un minuto, y efectivamente, me quedo de pie observando la fachada de color beige del hotel. Le envío un mensaje presuroso a Gavi, obteniendo una respuesta instántanea e inhalo aire antes de entrar. Múltiples guardias de seguridad supervisan la entrada, ninguno me detiene y me acerco sin problemas hasta la recepción. Le explico a dónde me dirijo, mostrándole mi acreditación, y por suerte, no obtengo ninguna pega y me dispongo a seguir las indicaciones que Gavi me redacta por mensajes.

Hoy los jugadores no pueden recibir visitas, mi intención era intentar colarme con mi pase de periodista, pero Sira había hablado con su padre, mencionándoselo por encima, quien no había puesto pegas en poder llevar a cabo mi sorpresa. Simplemente pedía discreción y no vernos, así era como si no hubiera sucedido. Supongo que, ¿darle una alegría a uno de tus jugadores no va a hacer que juegue mañana un mal partido, no?

Al abrirse las puertas del ascensor y recorrer el pasillo, visualizo a Gavi fuera, apoyando su espalda contra la pared y con la vista fija en el teléfono. Aunque, cuando escucha mis pasos, la eleva poniéndose en movimiento y saludándome con un afectuoso abrazo para extender una tarjeta cuadrado hacia mi que identifico como la llave de la habitación.

—Esta un poco gruñón porque no le dejé dormir la siesta, a ver si consigues que se le pase —guasea con una sonrisa, antes de despedirse y desaparecer por el pasillo.

La luz se pone de color verde y empujo la puerta. Una maleta abierta en el suelo con la ropa desperdigada me recibe. Aún no puedo visualizar al chico, pero si sus piernas, de la rodilla hacia abajo, estiradas encima de la cama.

Sueños compartidos I y II | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora