15: Pasados por agua

3K 135 6
                                    

Llevo desde las ocho de la mañana sacando y colocando cosas y ya no siento la mitad del cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llevo desde las ocho de la mañana sacando y colocando cosas y ya no siento la mitad del cuerpo. Mi móvil vibrando con una notificación de Pedri dándome los buenos días me hace caer en que ya son las diez de la mañana. Estoy muy cansada, no me apetece seguir con esto, y es por lo que una idea se cruza por mi mente: ir a visitar a la gente de la Ciudad Deportiva. Así que, no me lo pienso mucho. Terminando lo que estaba haciendo y me preparo para ir hacia el lugar.

Me monto en el coche y pongo rumbo hacia allí, no sin antes revolver en la guantera para encontrar uno de los pases antiguos que utilizaba para entrar, por si tiene aún algún tipo de valor. No tengo ni idea si van a dejarme pasar, espero que este algún guardia de seguridad que me conozca y me deje colarme.
Conducir hasta allí me hace remover muchos sentimientos en mi interior. Y cuando llego, hay varias personas a la entrada, supongo que esperando hasta que los jugadores salgan, aunque aún les queda bastante de esperar.

—¡Hola, Raúl! —detengo el coche en la entrada saludando al hombre de seguridad que había conocido en mis primeros días en el trabajo.
—Hombre, Lía —sonriente se acerca hasta la ventanilla de mi coche. —¿Pero qué haces aquí?
—Había pensado en hacer una visita a los jugadores y a la gente de aquí, aunque no sé si me dejarás entrar —bromeo con una sonrisa y negando la cabeza junto a una sonrisa hace un gesto para que avance.
—Tira antes de que me arrepienta.

El sitio donde siempre dejaba mi coche esta libre. No me lo pienso dos veces y aparco allí. En primer lugar, voy a recorrer las oficinas para saludar a mis compañeros. Aunque, me detengo al menos durante media hora en la recepción charlando. Cuando consigo subir, recibo un aluvión de saludos y abrazos, contenta, saludo a las nuevas incorporaciones. Aunque, una pequeña herida florece en mi corazón al ver que mi puesto es de otra persona, aunque es algo razonable. Duro bastante tiempo hablando con ellos, hasta que me despido para ir a saludar a los jugadores.

Tardo diez minutos en caminar a paso lento hasta el campo. Cuando giro la puerta, veo que están en pleno entrenamiento algunos haciendo pases, otros esquivando pivotes... Dejo de mirar el campo cuando empiezo a subir las escaleras, me siento en una de las gradas y vuelvo a prestar atención. Creo que el primero en darse cuenta de mi presencia es Gavi, ya que quita su cara de asco para transformarla en una sonrisa. No emito ningún movimiento porque no quiero que se despisten del entrenamiento y que Xavi les riña a ellos o a mí. Así que me limito a observarles.

No sé si para el día de hoy daba agua, pero el cielo empieza a diluviar, y los chicos que están en pleno partido, no tardan en calarse. Aunque, he de reconocer, que las vistas que tengo desde aquí son bastante privilegiadas. Aproximadamente a los quince minutos, Xavi finaliza el entrenamiento y todos corren hacia las escaleras para los vestuarios, a excepción de cierto chico de metro setenta.

—Estás calado —argumento cuando veo como se detiene delante mía y las gotas resbalan desde su cabeza por todo su cuerpo.
—No se por qué con el sol que hace —vacila moviendo su cabeza a los lados salpicándome con algunas gotas.
—Eres un payaso —murmuro posando mi mano sobre su pecho cuando noto como se acerca. —Ni se te ocurra.
—Yo que te iba a dar un besito —hace morritos sonriente intentando acercarse de nuevo, pero niego con la cabeza.
—Ya me lo darás luego.
—Luego quizá no hay más oportunidades.
—Las vas a lamentar más tú que yo —me encojo de hombros y termina por irse al ver que Xavi se acerca a conversar conmigo.

Sueños compartidos I y II | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora