- Cap. 24 -

215 25 1
                                    

Una semana, una maldita semana en un búnker subterráneo en medio de la nada, con un calor infernal, poca higiene y problemas entre colegas.

La misión como tal estaba saliendo bien, faltaba solo la cabeza del grupo que ante nuestros ataques, se estaba escondiendo porque sabe que iremos por él.

Hace dos días recibí dos balazos en el hombro izquierdo, me quitaron las balas y me pusieron puntos en los agujeros, pero aún me tienen como último refuerzo porque perdí mucha sangre en su momento y eso me deja débil.

— ¿Cómo te sientes Tutuola? — preguntó Lucy

La única que realmente conocía allí

— Bien, ya se lo dije al capitán, el doctor me reviso y dijo que está todo bien, quiero terminar con esto de una vez pero no en la banca, en primer puesto — contesté

— Pues alístate, estás dentro y vas conmigo — informo sonriendo

Me levanté de mi cama casi que con un salto, ambas nos pusimos la ropa correspondiente y salimos a esperar.

Tenía mi casco en mano, ya el uniforme es demasiado caliente, el casco puede esperar.

Subimos al camión, fue un viaje largo, pero valía la pena sabiendo que podía ser el último.

Al llegar todos bajamos, Lucy va a cargo en nuestro grupo así que seguí sus indicaciones.

Era una casa grande y vieja, entramos por atrás.

Un disparo, al hombro, quitamos el arma y llamamos a alguien que le ponga las esposas.

Segundo disparo, en la pierna, no sé rinde, dispara contra mi, falla y disparo en el abdomen. Lo siento tanto (sarcasmo)

Seguimos avanzando, se armó una guerra, el jefe de estos tipos se aseguró de estar bien acompañado cuando lo encontramos.

Varios nuestros cayeron, me asegure de cubrir a los caídos.

Pero cuando me acerque a asistir a un compañero, un dolor punzante apareció unos centímetros más arriba de mis caderas, cuando intenté reaccionar, recibí otro en el brazo.

Me estaba retorciendo de dolor cuando el ruido cesó, mi visión comenzó a ser borrosa, sentí como me pasaban a una camilla.

Afuera la prensa ya estaba sacando fotos y grabando, me subí la máscara a duras penas para que no captarán mi rostro.

Estuvimos un rato en el hospital, esperando a que todos nuestros compañeros estuvieran lo suficientemente bien para poder emprender el viaje de regreso a Estados Unidos.

Me dolía demasiado, sobre todo el que estaba por encima de las caderas, sabía que estaba en el hospital, pero no podía sentirme bien. Todo se volvió negro, lo último que escuche fueron las alarmas de las máquinas que me rodeaban.

Narra Fin Tutuola

Ya hace una semana que Julieta estaba en Afganistán, estaba esperando que volviera, me preocupaba un poco no saber nada de ella, pero confiaba en que estaba bien.

Volvimos de arrestar a un hombre acusado de violación y secuestro, me senté en mi escritorio cuando dos chicos, vestidos de negro por completo y usando chalecos antibalas con las letras FBI grabadas preguntaron por mi

— ¿Detective Tutuola? — preguntó uno de ellos

— Soy yo — dije levantándome mientras me acercaba a ellos

Uno le entrego algo al otro y ese me lo paso a mi.

Era una camisa negra doblada y sobre ella una medalla con los colores de la bandera de Afganistán.

Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora