- Cap. 93 -

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El pasillo del hospital estaba silencioso, pero a Julieta le parecía que cada paso resonaba con el eco de su ansiedad. Las luces blancas de los fluorescentes iluminaban el suelo de baldosas con un brillo casi insoportable, y el olor antiséptico invadía sus sentidos. Su cuerpo aún estaba adolorido, pero eso no le importaba. Solo tenía un objetivo en mente: ver a Olivia.

Mientras caminaba hacia la habitación, sentía que su corazón latía con fuerza contra su pecho. No solo era la preocupación por su esposa, sino también una extraña mezcla de anticipación y rabia. Sabía que Elliot estaría ahí. Desde que había oído su nombre mencionado, había temido este momento. Sabía que él seguía teniendo una conexión con Olivia, una conexión que le había costado mucho aceptar.

Al llegar a la puerta de la habitación, se detuvo un segundo. Respiró hondo, tratando de controlar la tensión que le oprimía el pecho. Empujó la puerta suavemente y entró.

El cuarto estaba iluminado de forma tenue, la luz del atardecer filtrándose a través de las cortinas. Olivia estaba recostada en la cama, aún pálida, con varios tubos conectados a su cuerpo. Estaba más tranquila de lo que Julieta esperaba, su respiración regular, aunque su rostro mostraba las huellas del sufrimiento reciente. Sentada en la silla junto a ella, estaba Elliot.

Él levantó la vista en cuanto la puerta se abrió, y sus ojos se encontraron con los de Julieta. El ambiente se tensó de inmediato. Elliot tenía una expresión difícil de leer, una mezcla de preocupación por Olivia y una cierta incomodidad. Parecía que no esperaba ver a Julieta tan pronto. Por su parte, ella sintió una oleada de rabia en su interior. Verlo ahí, sentado al lado de Olivia, como si todavía tuviera algún derecho a estar tan cerca, como si él pudiera brindarle el apoyo que su esposa necesitaba en ese momento, encendió una chispa dentro de ella.

Julieta apretó los puños, manteniéndose en control por unos segundos. Sentía cómo su pecho se tensaba con cada respiración. "Es por Olivia", se repitió a sí misma. "Esto no es sobre él, es sobre ella. Concéntrate en lo que importa."

Pero no pudo evitar que las dudas se filtraran en su mente. ¿Por qué estaba Elliot ahí? ¿Qué le habría dicho a Olivia mientras ella no podía estar con ella? Sabía que él y Olivia tenían una historia profunda, algo que Julieta no siempre podía entender del todo, pero eso no justificaba que él estuviera invadiendo ese momento tan vulnerable.

—Jules... —la voz de Olivia era un susurro débil, casi inaudible, pero el simple hecho de oírla alivió un poco la tensión en el pecho de Julieta.

Se acercó rápidamente a la cama, pasando junto a Elliot sin mirarlo directamente. Se inclinó hacia Olivia, tomando su mano suavemente.

—Estoy aquí, Liv... Estoy aquí —dijo en voz baja, luchando por mantener la calma mientras la acariciaba con delicadeza.

Olivia intentó sonreír, pero era evidente que estaba exhausta. Julieta sentía el cansancio en su propio cuerpo, pero su preocupación por su esposa lo eclipsaba todo. Se inclinó un poco más hacia ella, ignorando por completo la presencia de Elliot en ese instante. Pero la tensión en el aire era palpable. Sabía que Elliot no se quedaría callado mucho tiempo.

Y, efectivamente, no lo hizo.

—Me alegro de que estés bien, Julieta —dijo Elliot, con un tono que sonaba casi casual, pero que ella percibió como condescendiente—. Olivia ha estado preguntando por ti.

Julieta mantuvo la mirada fija en Olivia, ignorando deliberadamente el comentario de él, pero sentía su rabia acumulándose bajo la superficie. Sabía que no podría evitarlo por mucho más tiempo. La situación se sentía demasiado cargada. Las emociones del secuestro, del miedo por Olivia, la adrenalina que aún corría por su cuerpo, todo se estaba mezclando peligrosamente con la presencia de Elliot.

Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora