- Cap. 95 -

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La luz del día se filtraba a través de las ventanas del hospital, iluminando la habitación donde Julieta había estado junto a Olivia. Aunque el ambiente era tranquilo, el aire se sentía tenso. Julieta sabía que fuera de esa puerta, la prensa la esperaba ansiosamente. Se detuvo un momento, inhalando profundamente, intentando calmar su corazón agitado. Debía ser fuerte, no solo por ella, sino por Olivia, quien aún se recuperaba.

Julieta miró a Olivia, quien estaba recostada en la cama, sus ojos entreabiertos, mostrando una mezcla de agotamiento y alivio. A pesar de todo lo que habían pasado, su esposa estaba allí, viva y a su lado. Con una mano suave, Julieta acarició el dorso de la mano de Olivia, buscando transmitirle un poco de fuerza y amor en esos momentos difíciles.

—Tengo que salir a hablar con la prensa —anunció Julieta, tratando de mantener la voz firme.

Olivia asintió levemente, una sonrisa tenue cruzando su rostro cansado.

—Hazlo, Jules. Ellos necesitan saber que estamos bien.

Julieta se incorporó y salió de la habitación, el ruido del pasillo y el murmullo de la prensa llenaron sus oídos. Al llegar a la sala de conferencias improvisada, se detuvo frente a un grupo de periodistas que la miraban con expectación.

—Gracias por su paciencia —comenzó, sintiendo cómo la adrenalina aumentaba en su cuerpo—. Quiero agradecer a todos por el apoyo que hemos recibido durante estos días difíciles. Olivia y yo hemos sentido el amor y la preocupación de cada uno de ustedes.

Su voz resonó, firme, mientras los flashes de las cámaras estallaban a su alrededor.

—Olivia sigue en proceso de recuperación, pero estoy feliz de informar que no está pasando por nada de mayor gravedad. Está luchando, y todos estamos apoyándola en este delicado momento.

Hubo murmullos de alivio entre los reporteros, y Julieta continuó, manteniendo un tono profesional y controlado.

—La investigación sigue en marcha. Estamos trabajando arduamente para encontrar al resto de los secuestradores y asegurar que se haga justicia. No descansaré hasta que eso suceda.

Un periodista levantó la mano, y Julieta lo señaló.

—¿Cómo se siente en este momento, Julieta? —preguntó el reportero.

Julieta inhaló hondo, recordando el sufrimiento que había experimentado, pero también la fuerza que había encontrado en ella y en Olivia.

—Siento una mezcla de emociones. Estoy agradecida de que Benson esté bien, y de poder estar en pie aquí para ella. Sin embargo, no quiero entrar en detalles. Es un momento personal, y prefiero que se respete nuestra privacidad. Lo que más importa ahora es su salud y la justicia para todas las víctimas.

Las preguntas siguieron, y Julieta respondió con la mayor sinceridad que pudo, demostrando su valentía, pero sin desvelar detalles íntimos de su vida personal. Cuando un periodista le preguntó sobre el futuro de su relación, Julieta sonrió cortésmente.

—La capitana Benson es una persona maravillosa e increíblemente interesante. Su valentía y fortaleza de estos días me demostraron que no tiene el titulo de capitana solo por suerte y estoy muy contenta de poder conocer a alguien con su determinación. No creo que necesiten saber mas que eso, lo verdaderamente importante ahora es que ella se recupere y pueda volver cuanto antes.

Finalmente, tras una serie de preguntas, terminó su discurso, y se despidió con un breve gesto de agradecimiento.

Al salir de la sala, una oleada de emociones la invadió. Había sido una experiencia intensa, pero lo más importante era que Olivia estaba bien. Sin embargo, sabía que tenía que volver a ella. Cuando regresó a la habitación, Olivia la miró con una sonrisa cálida. Tenía la televisión encendida donde uno de los periodistas que estaba con ella hace unos minutos ahora se despedía. 

Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora