- Cap. 80 -

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El camino de regreso a casa fue silencioso, solo el murmullo del motor y el tenue zumbido del tráfico a la distancia rompían el mutismo entre ambas. Julieta sostenía el volante con fuerza, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos. Había logrado mantenerse firme durante todo el caso, demostrando su valía, pero ahora, en el silencio de la noche, se enfrentaba a una realidad que no sabía cómo resolver. Quería hablar, pero cada palabra que ensayaba en su cabeza se sentía insuficiente.

Al llegar a casa, el silencio se volvió aún más tangible. Noah estaba en casa de Fin, disfrutando de una noche de juegos y risas con los sobrinos de la prometida de Fin, lo que les dejaba a ellas dos completamente solas. Julieta apagó el motor, pero no se movió de inmediato, mientras Olivia miraba por la ventana. Ambas sabían que la conversación que había estado evitando por días era inevitable.

Julieta intentó buscar las palabras. ¿Cómo se repara algo que sientes que no has roto? ¿Cómo se reconcilia el amor con la sombra de un fantasma del pasado? Realmente quería mejorar las cosas, pero no sabía por donde comenzar

Justo cuando estaba por abrir la boca, Olivia la sorprendió.

—Julieta, quiero hablar de esto —su voz, suave pero decidida, cortó el aire.

Julieta la miró, con los ojos ligeramente abiertos por la sorpresa. Olivia continuó, girándose un poco en su asiento para mirarla directamente.

—Sé que esto ha sido difícil. Elliot, su regreso, todo lo que ha causado entre nosotras... Lo siento. No quiero que sigamos así, no quiero que nos alejemos por algo que debería haber sido una simple transición en el trabajo. Esto... —hizo una pausa, buscando las palabras— no es lo que quiero para nosotras.

Julieta parpadeó, aún sin procesar completamente el hecho de que Olivia hubiera tomado la iniciativa. En un segundo, todo lo que había estado preparando mentalmente se desvaneció. Olivia siguió, llenando el espacio entre ellas.

—No quiero que pienses que él significa algo más para mí, o que puede reemplazarte de alguna manera. No lo hará, no puede. Estoy casada contigo, y eso es lo único que me importa. —Olivia tomó una respiración profunda, y extendió su mano hacia Julieta—. Quiero que lo hablemos, pero también quiero que hagamos algo diferente esta noche. Algo que nos ayude a reconectar. ¿Qué te parece si cocinamos juntas? Podemos hacer algo simple, como solíamos hacerlo antes, y luego tal vez ver una película o lo que quieras.

Julieta, aún procesando la sorpresa, asintió lentamente. Olivia estaba ofreciendo una tregua, una oportunidad de restablecer el vínculo que habían compartido, algo especial solo para ellas. Había algo tan humano en ese gesto que la conmovió. Las tensiones que había acumulado empezaron a disiparse.

—Me parece perfecto —respondió Julieta, con una sonrisa sincera que no había mostrado en días.

Entraron a la casa juntas, y lo primero que hicieron fue encender las luces de la cocina. El ambiente aún era silencioso, pero esta vez era un silencio cómodo, uno que hablaba más de entendimiento que de distancia. Olivia se puso a buscar ingredientes, mientras Julieta se deslizaba junto a ella para ayudar.

Mientras cortaban vegetales y cocinaban una pasta sencilla, ambas se relajaron poco a poco. Hablaron sobre pequeños detalles de su día, riéndose de cosas triviales, como si quisieran ir recuperando el ritmo que habían perdido. La cocina se llenó de aromas familiares, y con cada pequeño intercambio de palabras, las tensiones desaparecían un poco más. 

Julieta ya se sentía mucho mas aliviada, después de tanto estrés, por fin sentía que su cuerpo se relajaba y ya no tenía esa constante e incomoda presión en el pecho. 

Estar juntas, cocinando con la casa sola la devolvía a muchos años atrás, incluso antes de tener a Noah en sus vidas. Pero aún mejor, le traía exactamente la misma sensación de paz de esos tiempos. Después de tanto, aún con todo los acontecimientos fuertes que tuvieron que pasar para llegar hasta donde estaba, incluso ese reciente mal entendido, es como si sus sentimientos estuvieran congelados en el tiempo, fuertes y candentes como desde un inicio.

Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora