La mañana en casa de Julieta y Olivia comenzó tranquila, el sol filtrándose por las cortinas como una promesa de un día diferente. Después de la conversación sincera y el tiempo que pasaron juntas, ambas se sentían más ligeras, como si hubieran dejado atrás una pesada carga. Olivia se encargó de algunas cosas que tenía que hacer en la oficina y por decisión mutua con su esposa, se tomó el día libre, Julieta no tendría que volver a su trabajo hasta la noche, así que tendrían todo el día para dedicárselo a ellas y a su querido hijo. Noah, con su energía inagotable, ya correteaba por la casa, emocionado porque sus madres habían prometido dedicarle el día entero.
—¡Vamos a la playa! —gritó Noah desde el pasillo, interrumpiendo el desayuno que Olivia y Julieta disfrutaban en un cómodo silencio.
Julieta soltó una carcajada y miró a Olivia, quien le devolvió una sonrisa cálida. No habían hablado mucho esa mañana, pero el ambiente entre ellas era relajado, cercano.
—¿Playa? —repitió Julieta, divertida—. Creí que habíamos quedado en ir al zoológico.
—¡Podemos hacer las dos cosas! —dijo Noah, entusiasmado, saltando a los brazos de Olivia, quien lo atrapó y lo abrazó fuerte.
Olivia miró a Julieta sobre el hombro de Noah, una chispa traviesa en sus ojos.
—Lo que él quiera hoy, ¿no? —dijo Olivia suavemente, sin soltar a su hijo.
Julieta asintió, recordando cuánto necesitaban esos momentos de conexión, no solo entre ellas, sino también con Noah, quien a veces sentía la distancia creada por el trabajo y las tensiones.
Así que empaquetaron algunas cosas: toallas, una pequeña nevera con bocadillos, protector solar, y partieron hacia el zoológico. El día transcurrió con risas y juegos, observando a los animales y sacando fotos que Noah insistió en posar, como si fueran la familia perfecta en todo momento.
Más tarde, al final de la tarde, decidieron ir a la playa, tal como Noah había pedido. Julieta se sorprendió al notar lo relajada que se sentía, disfrutando del aire fresco y el sonido de las olas. Ver a Olivia jugando con Noah en la arena, sin las preocupaciones del trabajo o los conflictos recientes, le devolvía una sensación de paz que había extrañado.
Mientras Noah construía castillos de arena, Julieta se sentó junto a Olivia, ambas mirando hacia el horizonte.
—Gracias por esto —dijo Julieta en voz baja.
Olivia giró su rostro hacia ella, sonriendo de lado.
—Era necesario, para los tres —respondió suavemente, tomando la mano de Julieta y entrelazando sus dedos sin decir nada más.
Los últimos rayos de sol se fueron anunciando que ya era hora de volver a casa, Noah ya estaba cansado y mientras Olivia juntaba las cosas, Julieta cargó al menor hasta el auto y se aseguró de ponerle bien el cinturón.
Más tarde, luego de que Julieta ya estaba en el trabajo, no sin antes estar rato pegada a su esposa, repitiendo que no quería irse, Fin se pasó por la casa de su sobrina a dejar unas cosas que Noah había olvidado en su casa. Se quedó hablando un rato con Olivia para hacerle compañía y luego se ofreció a llevarla hasta la oficina del FBI ya que la castaña quería invitar a cenar a su esposa la cual no debía de demorar en tener su hora libre.
Llegaron a la oficina de Julieta justo a la hora de la cena. Olivia bajó del auto con un ramo de flores en las manos y esperó pacientemente afuera. Cuando Julieta salió del edificio y la vio, su rostro se iluminó con una mezcla de sorpresa y ternura.
—¿Qué es esto? —preguntó Julieta, mirando las flores con una sonrisa mientras se acercaba a Olivia.
—Quería sorprenderte —respondió Olivia, ofreciéndole las flores—. Pensé que podríamos cenar juntas, como en los viejos tiempos.
Julieta tomó las flores y se inclinó hacia Olivia para besarla suavemente. No hizo falta más. Subieron juntas al auto de Julieta, y se dirigieron a un pequeño restaurante que ambas solían frecuentar cuando su relación apenas comenzaba. Durante el trayecto, no hablaron mucho, pero el silencio entre ellas no era incómodo. Había algo en el gesto simple, en la cercanía de sus cuerpos y las pequeñas miradas que compartían, que hacía que todo fluyera sin necesidad de palabras.
Una vez en el restaurante, pidieron sus platos favoritos y disfrutaron de una comida tranquila. Olivia, consciente de lo mucho que Julieta apreciaba los gestos más que las grandes declaraciones, decidió seguir el curso de las cosas de forma suave. No se trataba de prometer el cielo, sino de estar presente en los momentos simples.
De vez en cuando, Olivia se inclinaba sobre la mesa para rozar la mano de Julieta, o para mirarla directamente a los ojos, dejando que sus miradas dijeran lo que las palabras no podían expresar. Julieta, por su parte, respondió con pequeñas sonrisas y una relajación en sus hombros que Olivia no había visto en semanas.
Cuando terminaron de comer, Olivia se inclinó hacia adelante y, finalmente, rompió el silencio.
—Quiero hacer más de esto. No solo los grandes gestos, sino los pequeños. Porque me he dado cuenta de que lo que más necesitamos son estos momentos. Tú y yo. Sin nada más que el tiempo para nosotras.
Julieta la miró, y en lugar de responder con palabras, simplemente tomó la mano de Olivia, apretándola con suavidad.
—Nuestra relación siempre fue esto Liv.. momentos tranquilos y pequeños, pero lo importante siempre fue estar juntas, para mi sigue siendo así.. por eso aprecio mucho que ahora estemos aquí, me alegraste la noche
El viaje de regreso fue igual de tranquilo, pero esta vez, en lugar de tensión, ambas estaban rodeadas de una sensación de satisfacción compartida. Era solo el comienzo, pero sabían que con gestos como ese, poco a poco, podían reconstruir todo lo que se había roto. Julieta dejó a Olivia en su casa y como aún tenía tiempo, la acompañó hasta que esta se durmió, dándole un beso en la frente a ella y otro a su hijo, volvió al trabajo, con la tranquilidad de que el amor por su familia seguía intacto y que ahora, todo volvía a estar bien.

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Soy Olivia Benson, un gusto
DiversosUna joven oficial con un pasado difícil, un presente firme y un futuro muy prometedor. Una sargento con una vida difícil, muy dedicada a su trabajo. Dos mujeres con pasado difícil, muy trabajadoras y buenas oficiales. ¿Pasara algo cuando se encuentr...