- Cap. 97 -

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Julieta entró a la oficina con una mezcla de determinación y cansancio en su mirada. Llevaba el cabello recogido en una coleta suelta, y aunque no había dormido mucho, su mente no había dejado de trabajar. Olivia estaba mejorando, pero el caso seguía avanzando, y ella sabía que no podía bajar la guardia.

Al cruzar las puertas, Stuart levantó la vista de los informes, esbozando una media sonrisa.

—¿Todo bien en el hospital? —preguntó, moviendo ligeramente los papeles para hacer espacio en su escritorio.

Julieta se acomodó en la silla frente a él, soltando un suspiro mientras se pasaba una mano por el cuello.

—Está mejorando. Aún tiene que descansar mucho, pero parece estar fuera de peligro, el doctor dijo que si no presentaba ningún problema le daría el alta para que terminara su descanso en casa. —respondió Julieta, permitiéndose un pequeño respiro al pensar en Olivia—. Hablamos bastante sobre el caso... hay algo que creo que podríamos haber pasado por alto.

Stuart arqueó una ceja, intrigado.

—¿De qué hablas? —preguntó, inclinándose un poco hacia adelante.

Antes de que Julieta pudiera explicarse, Maggie apareció en la puerta, cruzando los brazos mientras escuchaba.

—¿Qué cosa pasaron por alto? —preguntó Maggie, su tono directo y profesional.

Julieta la miró un momento, y luego asintió, sabiendo que contar lo que habían descubierto podría ser clave.

—Estábamos revisando algunos patrones en los movimientos de los secuestradores. Olivia y yo notamos que parecían tener un patrón muy específico con los mensajes cifrados que nos enviaban. Como si hubiera una clave que aún no hemos decodificado correctamente... —dijo Julieta, dándole vueltas a las palabras en su cabeza, como si intentara poner en orden sus pensamientos—. No me percaté hasta que ella me lo mencionó. Pero lo que estaban haciendo no era solo para desorientarnos, sino para marcar ciertos territorios. Cada punto en los mensajes corresponde a lugares clave en su red.

Maggie frunció el ceño, cruzando la sala rápidamente hasta la mesa, donde Stuart ya estaba consultando el mapa que tenían colgado en la pared.

—Repítelo —pidió Maggie, volviendo la vista hacia Julieta, sus ojos ahora llenos de concentración.

Julieta se levantó y caminó hacia el mapa, señalando con el dedo varios puntos que ya habían marcado previamente.

—Esto... no son solo ubicaciones de contacto. Están delimitando su territorio, creando corredores donde pueden mover a las víctimas sin que se detecten —explicó mientras trazaba las conexiones—. Olivia y yo notamos que estas áreas tienen mucha menos vigilancia policial, y coincide con los reportes de desapariciones.

Maggie y Stuart intercambiaron una mirada antes de que Maggie hablara nuevamente.

—Eso tiene sentido. Nunca lo habíamos visto de esa forma, pero podría explicar por qué no hemos podido seguirles el rastro tan fácilmente. —Maggie sacó un bolígrafo, marcando los corredores que Julieta había mencionado—. Esto es importante. Tenemos que centrarnos en estos puntos.

—No ví los videos sobre los casos que le pidieron a Olivia que hable pero... por esta zona, recuerdo bastante claro que fue un.. ¿Secuestro? Noah era muy pequeño en ese entonces, lo recuerdo porque tuve que quedarme con él mientras Olivia trabajaba.. duró bastante pero la conclusión no fue la mejor.. —informó Julieta

—Hay que investigar los lugares y seguir buscando sobre esta familia, quizá tenga algo que ver con ese caso — mencionó Maggie

Stuart asintió y rápidamente tomó su teléfono para convocar a todo el equipo.

—Necesitamos a todos trabajando en esto de inmediato —murmuró, antes de mirar a Julieta—. Buen ojo, Jules.

Ella le sonrió brevemente, aunque su mente ya estaba adelantándose a lo que podrían descubrir. Estaba claro que el trabajo en equipo con Olivia había dado sus frutos.

Pasaron las siguientes horas discutiendo la información. El equipo estaba concentrado, buscando nuevos patrones y conexiones, mientras Maggie y Stuart trabajaban en la logística de los operativos. Julieta, aunque agotada, sentía una renovada energía al ver que finalmente avanzaban.

—Vamos a seguir esta pista, ver qué encontramos —dijo Stuart, tras una sesión de análisis—. Julieta, ¿quieres ir a interrogar a uno de los sospechosos? Tenemos a uno en la sala de interrogatorios. Podría ser útil con lo que descubrimos.

Julieta asintió. Sabía que aún había mucho por hacer, pero quería estar ahí, en cada paso.

Cuando Julieta entró a la sala de interrogatorios, el hombre frente a ella apenas levantó la vista. Estaba sentado con las manos esposadas a la mesa, su mirada era fría y calculadora. Stuart estaba junto a ella, dejando que Julieta tomara la iniciativa.

—Sabemos lo que estás haciendo —dijo Julieta, sin rodeos, su tono firme—. Tenemos tu patrón de movimiento. No puedes seguir escondiéndote.

El hombre alzó una ceja, aunque no respondió de inmediato.

—¿De qué estás hablando? —murmuró finalmente, su voz cargada de sarcasmo.

Julieta mantuvo la calma, inclinándose ligeramente sobre la mesa.

—Tus jefes te dejaron a tu suerte. Ellos ya saben que tenemos las pistas y no van a moverse para protegerte. Pero si cooperas, quizá puedas salir de esto con algo de dignidad.

La tensión en la sala era palpable. Aunque el hombre no parecía dispuesto a hablar, sabía que Julieta no iba a rendirse.

Después de un largo silencio, el hombre soltó un suspiro.

—No tienen ni idea de lo que están enfrentando —dijo finalmente, pero en su mirada había una chispa de nerviosismo.

Julieta intercambió una mirada con Stuart. Sabían que estaban cerca.

—Entonces si sabes de que estamos hablando —Julieta puso una foto de la chica desaparecida sobre la mesa. El sospechoso vió la foto y su semblante cambió repentinamente —¿Es por ella que hacen todo esto?

Pero el hombre se negó a seguir contestando y pidió un abogado.

Horas después, Julieta salió de la oficina y condujo directamente al hospital. Al llegar, vio a Fin en la entrada, sosteniendo su teléfono en la mano.

—Hey, Fin —saludó Julieta, con una sonrisa cansada.

—Tengo a alguien que quiere verte —dijo Fin, levantando el teléfono para mostrarle a Noah en una videollamada.

—¡Noah! —Julieta sonrió, viendo a su hijo en la pantalla—. ¿Cómo estás, campeón?

—¡Mamá! —Noah sonrió ampliamente—. ¿Estás con mamá Liv? ¿Puedo verla?

Julieta negó suavemente con la cabeza, manteniendo su voz suave.

—No por ahora, cariño. Aún tiene que descansar. Pero te prometo que está mejorando mucho.

Noah pareció un poco decepcionado, pero asintió.

—Está bien. Te extraño.

—Yo también te extraño, Noah. Te prometo que pronto estaremos los tres juntos, ¿vale?

Después de algunas palabras más con Noah, Fin regresó al teléfono.

—¿No lo vas a traer? Podríamos pasar a visitarlas... —sugirió Fin.

Julieta negó suavemente, su mirada seria.

—No por ahora. No quiero que lo vean cerca del hospital, ya sabes cómo es la prensa. Quiero protegernos a los tres.

Fin asintió, entendiendo perfectamente.

—Lo que digas, Jules. Solo quería que supieran que él está bien —dijo antes de despedirse—. Nos vemos pronto.

Julieta entró al hospital, lista para reunirse con Olivia, sabiendo que cada pequeño paso las acercaba más a la verdad.

Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora