- Cap. 75 -

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Julieta necesitaba un respiro. Después de la tensa confrontación con Elliot, decidió alejarse un momento. Caminó hacia la cafetería del FBI, donde esperaba encontrar un poco de calma y comida para reponer energías. Al entrar, sus ojos se encontraron con los de Olivia, quien ya estaba sentada en una mesa, dos bandejas de comida frente a ella.

Olivia la observaba con una ligera sonrisa, su mirada intentando ofrecer refugio.

-Ya pedí para las dos. Ven, siéntate -invitó Olivia, su voz cargada de afecto.

Julieta asintió con una pequeña sonrisa, pero antes de dirigirse a la mesa, se detuvo junto a Stuart, quien revisaba unos documentos en la mesa de al lado.

-Stuart, tengo que contarte algo rápido -le dijo en voz baja-. Tuve una breve charla con Elliot, pero no fue nada importante, no te preocupes.

Stuart frunció el ceño y bajó los papeles.

-¿Estás bien? -preguntó con una mezcla de curiosidad y preocupación.

-Sí... sí. Solo quería que lo supieras. Nada que valga la pena comentar más -Julieta respondió, sin profundizar, y caminó hacia la mesa donde Olivia la esperaba.

Al sentarse frente a su esposa, Olivia la observó por un momento en silencio. El ambiente estaba cargado, pero Olivia optó por no presionar.

-¿Fuiste a ver a Noah? -preguntó Julieta, rompiendo la tensión mientras tomaba un sorbo de su café.

Olivia sonrió, relajándose un poco. -Sí, está bien, extrañando un poco pero con Lucy cuidándolo, se le pasa. Hoy me pidió que te mandara un beso antes de irme -respondió con cariño, agradeciendo el cambio de tema.

Ambas compartieron una mirada cómplice, un momento de alivio en medio del caos.

-¿Cómo crees que vamos con el caso? -preguntó Julieta, cambiando el enfoque a algo más concreto.

Olivia suspiró y se pasó una mano por el cabello. -Es complicado. Pero tengo una corazonada de que estamos cerca. Solo tenemos que conectar algunas piezas más. ¿Qué piensas tú?

-Creo que lo del laboratorio será clave. Si podemos vincular esas muestras con el lugar del crimen, podemos desatar todo el hilo -dijo Julieta, claramente más enfocada.

La conversación fluyó durante unos minutos más, esta vez sobre el caso y las posibles pistas. Era un respiro necesario para ambas, un momento para pensar en algo diferente al estrés que las rodeaba.

De repente, sus teléfonos sonaron al mismo tiempo. Un mensaje de Isobel: necesitaban moverse rápido, habían obtenido una nueva pista.

Ambas se levantaron rápidamente y se dirigieron hacia la sala de operaciones, donde el equipo ya se estaba preparando. Stuart y el resto de los agentes estaban revisando los mapas de la ciudad, coordinando las próximas acciones.

-Encontramos un posible escondite donde el sospechoso podría estar -dijo Stuart-. Está en un almacén cerca del puerto. Si actuamos rápido, podríamos atraparlo antes de que se mueva.

Julieta asintió, concentrada. Olivia, a su lado, hizo lo mismo.

El equipo se organizó rápidamente, tomando chalecos antibalas y preparándose para lo que venía. Esta era la parte donde Julieta se sentía en su elemento. Dejó de lado todo lo personal y se centró completamente en la misión.

Ya en el sitio, la tensión era palpable. El almacén estaba oscuro, y la lluvia, que no había cesado desde el día anterior, caía en una cortina pesada, dificultando la visibilidad. Julieta avanzaba con cautela junto a su equipo, mientras Olivia y Elliot cubrían otras entradas.

-Todos atentos -ordenó Julieta en voz baja, su mano firmemente sujeta a su arma.

La misión estaba en marcha, y por ahora, el trabajo era lo único que importaba.

El almacén se alzaba imponente frente a ellos, un gigantesco esqueleto de acero y concreto oxidado por el paso del tiempo y la humedad de la lluvia incesante. El equipo se movía en silencio, en formación, mientras las gotas resonaban en los techos metálicos y los pasos se hundían ligeramente en el barro acumulado alrededor del lugar.

Julieta caminaba al frente, con la adrenalina latiendo fuerte en sus venas. El caso había sido estresante desde el principio, pero ahora que estaban tan cerca, cada decisión importaba más. A su lado, Stuart mantenía los ojos bien abiertos, atento a cualquier movimiento extraño.

-Las cámaras térmicas muestran actividad en la planta baja, hacia el norte -informó uno de los agentes del equipo.

Julieta hizo una seña para que el grupo se detuviera. Olivia, ubicada en otro flanco del almacén, estaba en contacto por radio. -Estamos listos en nuestra posición. Dime cuándo entramos -se escuchó su voz firme pero baja en el auricular de Julieta.

-En tres... dos... uno... ¡ya! -Julieta dio la orden, y el equipo irrumpió en el almacén.

El sonido de las botas contra el piso de metal y los ecos de sus pasos llenaron el espacio mientras avanzaban con rapidez. Al fondo, escucharon ruidos, cajas moviéndose, como si alguien tratara de escapar. Julieta levantó la mano en señal de alto.

-¡FBI! ¡Deténgase! -gritó Stuart, apuntando con su arma hacia la dirección de los sonidos.

Un hombre apareció corriendo entre las sombras, directo hacia una salida lateral. Julieta reaccionó de inmediato, tomando la delantera y persiguiéndolo.

El sospechoso era rápido, pero Julieta lo era más. La lluvia que caía sobre las vigas del almacén hacía que el suelo estuviera resbaladizo, pero ella mantuvo el control, esquivando obstáculos hasta que finalmente lo alcanzó. De un empujón, lo derribó al suelo, reduciéndolo con una maniobra rápida mientras Stuart llegaba para esposarlo.

-¡Quieto! -ordenó ella con autoridad mientras el hombre se resistía brevemente, hasta que se dio cuenta de que no tenía ninguna posibilidad.

Olivia y su equipo llegaron unos segundos después, cubriendo cualquier posible vía de escape. Elliot, que había estado coordinando el perímetro exterior, apareció por una de las puertas, evaluando la situación con una mirada rápida.

-Buen trabajo, Julieta -dijo Olivia, con una sonrisa cansada pero orgullosa.

-Gracias -respondió ella, todavía con la respiración agitada por la persecución.

Elliot se acercó, manteniendo una distancia prudente. Observó al sospechoso por un momento, luego miró a Julieta con una expresión que no logró descifrar del todo.

-Parece que el caso finalmente está llegando a su fin -comentó, su tono neutral pero con una pizca de sarcasmo.

Julieta lo ignoró, centrándose en lo importante: habían capturado a la persona clave, y ahora podrían seguir adelante con la investigación.

-Llévenselo -ordenó, haciendo un gesto a los agentes que se encargaron de trasladar al sospechoso.

El almacén, ahora bajo control, comenzaba a vaciarse. La misión había sido un éxito, pero eso no significaba que el trabajo terminara. Julieta sabía que aún quedaba mucho por hacer, y probablemente más revelaciones por descubrir.

De vuelta en la sala de operaciones, mientras los informes comenzaban a redactarse y las pruebas se analizaban, el ambiente estaba más relajado. Julieta se apoyó contra una mesa, respirando hondo.

-Ha sido un día largo, pero estamos más cerca de resolver esto -murmuró Olivia a su lado, pasando una mano por el hombro de Julieta, quien asintió, permitiendo que ese pequeño gesto le devolviera algo de paz.

Las tensiones personales quedaban en un segundo plano por el momento. La justicia y el trabajo en equipo estaban por encima de cualquier conflicto emocional. Pero ambas sabían que, eventualmente, tendrían que volver a enfrentar esas conversaciones difíciles. Por ahora, tenían una misión más grande: resolver el caso que las había reunido a todas.





































Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora