Me levanté de pocos ánimos, hace mucho tiempo no venía a Chicago, extrañaba mi ciudad, pero no quería venir por circunstancias como estás.
Nunca ví a mi padre en persona, se esfumó antes de que naciera, solo llegué a verlo en fotos y algunas veces en televisión junto con su equipo.
Me puse ropa cómoda como siempre y salí rumbo a la estación.
Al llegar, me acerque al mostrador donde había una oficial al parecer algo mayor.
— Buenos días — saludé
Ella me miró alzando una ceja interrogante y me ignoro siguiendo con sus cosas
— Trudy, te están hablando, no seas así — menciono un chico mientras se acercaba, era rubio de ojos celestes, alto y vestía con el uniforme completo de policía — Sean Román, un gusto — extendió su mano
Rápidamente la tomé aceptando el saludo
— Julieta Tutuola, reclutada del exterior para el equipo de inteligencia — me presenté y el sonrió
— Entonces tú eres la famosa Julieta — menciono pensativo y solamente asentí
La mujer mayor que antes me había ignorado, me habló
— Ten Tutuola — dijo mientras me extendía mi placa — Bienvenida al equipo, Trudy Platt
— Gracias oficial — le sonreí
Otra chica llegó, de cabello castaño, no muy alta, también de uniforme completo saludando a Román
— ¡Hola! — dirigió su mirada hacia mi extrañada — ¿Y tú quién eres?
— Ella es Julieta Tutuola, la chica de Miami — apresuro a contestar el policía
— Oh gusto en conocerte Julieta, Kim Burguess — también me extendió la mano para saludarme la cual ecepte gustosamente
— Burguess ¿Por qué no sirves de algo y llevas a la detective Tutuola a conocer al resto del equipo? — pregunto Platt burlona
Kim solo asintio y me hizo señas de que la siguiera
Subimos unas escaleras hasta llegar a una sala llena de escritorios con computadoras y papeles de a montones, un pizarrón con un mapa de la ciudad y fotos de sospechosos y víctimas.
Todos allí me miraron al llegar. Kim puso su mano en mi espalda
— Bienvenida Tutuola — menciono y se fue
Volví mi vista a todos, antes de hablar para presentarme, un hombre de quizá unos cuarenta, salió de una oficina personal al fondo de la habitación, con una mirada severa.
Tenía que ser él, Hank Voight
— Buenos días detective — saludo mirándome directamente a los ojos, quería intimidarme
Sonriendo con superioridad, sin perderle el contacto visual, contesté
— Buenos días sargento — dije sin titubeos
Todos miraban atentos la tensión entre nosotros
— Chicos, les presento a su nueva compañera, Julieta... Tutuola. — me presento, aún mirándome a los ojos
Todos se presentaron, Jay Halstead
un chico alto, castaño y de ojos azules intento coquetear conmigo, mal comienzo.La chica Upton, chica rubia, también de ojos celestes, un poco más baja que yo, se veía interesante, su mirada era curiosa mientras que la de el resto - a excepción de Halstead - era quizá más cálida, una bienvenida tranquila.
— Bien... — la voz del sargento resonó en la habitación, firme y segura — Ahora que todos se presentaron, Halstead y Upton, vayan a investigar a ese supuesto vendedor, Ruzek y Dawson sigan buscando pistas en aquel viejo aparcado, el resto sigan uniendo pistas, si tienen que interrogar a alguien háganlo — tome un papeleo de la mesa de Atwater para revisar el caso cuando Voight volvió a mirarme — Tutuola, a mi oficina — ordenó dándose media vuelta y entrando a dicho lugar
Intercambie miradas con el chico de color, solo alzó ambos hombros sin saber que decirme, deje los papeles y entre a la oficina
— Cierra la puerta — menciono al verme, solo hice caso, parándome frente a su escritorio con las manos tomadas tras mi espalda
Solo me miraba, inmóvil.
— Entiendo que no quieras usar mi apellido, supongo que no te enorgullece tenerlo — menciono mientras se mecía sobre su silla
— Solo creo más justo ser nombrada por el apellido de las personas que si me quieren sargento — contesté de la manera más cortante posible
— Tienes un hermano ¿Lo sabías? — preguntó juntando sus manos sobre el escritorio
— Obviamente, ví nacer a Demian, es un niño hermoso — contesté con sarcasmo, sabía que se refería a que él tiene hijos
— Bueno, también tienes a Justin — agrego con una mueca parecida a una sonrisa
— ¿Debo felicitarlo sargento?
— ¿Nunca me dirás papá verdad?
Esa fue probablemente la pregunta más estúpida que escuche en mi vida
— ¿Usted que cree? Me abandonó antes de nacer, engañó a mi madre, la dejo sola cuando sabía que no iba a poder por cuenta propia — mi rostro estaba tenso, estaba mostrándome enojada, tome aire y continúe más tranquila — El único que merece algo de mi es Fin, me cuido y amó cuando tú no lo hacías, Adam, su actual pareja, no tuve mucho tiempo con él, pero es un buen hombre... Él no abandona a sus hijos
Su mirada estaba perdida en algún lugar de la persiana cerrada.
Se paró, caminando lentamente hacia mí con sus manos dentro de los bolsillos de ese vaquero algo desteñido.
— Lamento mucho lo que hice — puso su mano sobre mi hombro, su rostro se veía ¿Triste? — No me enorgullece ni mi pasado, ni mi presente, pero intento hacer mejor las cosas, Justin, él es un par de años menor que tú, podrías intentar hablar con él, sabe de tu existencia
— Agradezco su propuesta sargento, pero vine aquí a trabajar, no a conocer gente, ya tengo amigos y familia aquí — contesté haciendo un ademán para salir de la habitación a lo que él me detuvo
— ¿Tutuola no está en New York? — preguntó extrañado
— Así es, mamá con su pareja y mi hermano en Miami
— ¿Entonces que familia te queda?
— Los de la 51 — contesté sonriendo — Herrmann era amigo de mamá, conocía su bar Molly's, empecé a concurrir, conocí a muchos de ellos, Matt, Kelly, Gabi, Mouch, Joe, Otis y demás, son gente buena, estuve bastante tiempo también en su estación, viéndolos trabajar de cerca y ayudándolos, casi fui bombera en lugar de policía
— ¿Elegiste ser policía por.. mi?
Esa pregunta me hizo reír a carcajadas
— Sargento... ¿De verdad cree que eso es posible? Por favor, lo hice por Finn, quería trabajar con él y que se sintiera orgulloso de mi, por lo que comentan de usted, pensé que era más inteligente como para hacer este tipo de preguntas. Ahora, si no le molesta, quiero volver a mi trabajo — me di media vuelta dispuesta a salir, cuando puse mi mano sobre el picaporte volvió a hablar
— Antes de que te vayas, Tutuola, quiero que sepas, que cada uno, con su carácter, forma parte de esta familia, con sus propias maneras de mostrar cariño, inteligencia no es solo un equipo de detectives persiguiendo maleantes, somos una familia y nos cuidamos lo unos de los otros, se que no será fácil ganarme tu confianza, pero, por lo menos, deja que tus compañeros se la ganen
— No se preocupe sargento, se con quiénes trabajo y no tiene de que preocuparse, siempre confío en mi equipo
Con eso, salí de su oficina, volviendo a juntarme con Atwater, descubrimos más datos del hombre a quien buscábamos, salimos juntos a una dirección.
Era el comienzo de una nueva etapa, iba a ser difícil con Hank en los alrededores, pero iba a superarlo, sabía que lo haría

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Soy Olivia Benson, un gusto
RandomUna joven oficial con un pasado difícil, un presente firme y un futuro muy prometedor. Una sargento con una vida difícil, muy dedicada a su trabajo. Dos mujeres con pasado difícil, muy trabajadoras y buenas oficiales. ¿Pasara algo cuando se encuentr...